Este artículo se publicó hace 15 años.
El cultivo de opio en Afganistán cae un 22% por el menor precio
El cultivo de opio en Afganistán se redujo en un 22 por ciento este año después de que los precios de la droga se desplomaran, lo que llevó a los agricultores a optar por otros cultivos, dijo el miércoles Naciones Unidas.
Unos 800.000 afganos abandonaron el comercio de drogas ilegales en comparación con 2008, según un informe anual de la ONU, una buena e inusual noticia para los esfuerzos occidentales en el país, donde la guerra que ya lleva 8 años contra los talibanes atraviesa su período más violento.
Responsables oficiales occidentales han dicho que los narcóticos ilegales financian a la insurgencia, avivan la corrupción desenfrenada y el crimen, y debilitan el estado afgano que están intentando afianzar.
Afganistán es desde hace tiempo el productor de cerca del 90 por ciento del opio -una pasta espesa obtenida de la amapola que es procesada para hacer heroína- de todo el mundo. En 2007, el país rompió todos los récords, pero desde entonces su cultivo ha comenzado a declinar.
"Los precios del opio afgano han caído en picado. Esos resultados son noticias bienvenidas que demuestran que los avances son posibles", dijo el director ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por su sigla en inglés), Antonio Maria Costa, en el informe divulgado el miércoles.
Este año, 123.000 hectáreas fueron usadas para cultivar amapolas, frente a las 157.000 hectáreas usadas durante 2008, dijo la UNODC.
Gran parte de la reducción ocurrió en la provincia más violenta del país, Helmand, el centro de cultivo de opio y principal foco de los esfuerzos de guerra estadounidenses y británicos.
El cultivo allí cayó en un tercio, a 69.833 hectáreas, desde las 103.590 hectáreas cultivadas en 2008.
Las 6.900 toneladas de opio que Afganistán ha producido superan las 5.000 toneladas que se consumen en todo el mundo, llevando a una superabundancia que ha reducido los precios a mínimos vistos por última vez en la década de 1990.
"Todo esto ha creado acopios, un exceso de la oferta, y ha generado las condiciones bajo las cuales cada vez resulta menos atractivo para los granjeros cultivar opio", dijo Costa a Reuters.
La caída en el precio provocó que el valor total de la cosecha de opio de Afganistán descienda un 40 por ciento, a 438 millones de dólares.
El opio ahora representa sólo el 4 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de Afganistán, comparado con el 7 por ciento en 2008 y el 27 por ciento récord de 2002, un año después del derrocamiento de los talibanes.
Sin embargo, Costa indicó que aún es "demasiado pronto para decir si el declive en cultivo y producción durante los últimos dos años es una corrección del mercado, que podría ser revertida, o una tendencia a la baja".
La caída parece ser un resultado de simples factores económicos, más que de los esfuerzos de las agencias del orden. Sólo un 4 por ciento de la cosecha fue erradicada y un 2 por ciento del producto cosechado fue confiscado.
Con Afganistán todavía produciendo más opio de lo que el mundo pude consumir, aún existe el riesgo de que reservas masivas de la droga puedan financiar la inestabilidad en los próximos años.
"Hay acopios (...) en el sur de Afganistán, ciertamente en Pakistán y en otras partes. Esas reservas podrían ser una vía muy importante de financiar el terrorismo en el mundo, no sólo en la región", dijo Costa a Reuters.
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