Este artículo se publicó hace 15 años.
Cultura Urbana, la fiesta patronal del hip hop
El festival, que según las cifras de la organización tuvo 15000 asistentes, vuelve al nivel de sus ediciones en el Matadero en un nuevo espacio y concentrado en un solo día
Caen los últimos rayos de sol sobre la Casa de Campo. Tres chicos armados con sprays de pintura intentan dejar su firma sobre uno de los muros que rodea el Telefónica Arena, el pabellón que hoy ocupa el espacio de lo que fue uno de los símbolos de la política juvenil en el Madrid de Tierno Galván, el rockódromo.
Uno de los numerosos guardas de seguridad que están apostados a lo largo y ancho del recinto los disuade con un gesto amenazante. La escena retrata el incidente más grave que puede acontecer en el Cultura Urbana, un festival que debería presumir de tener uno de los ambientes más pacíficos y el público con más pasión por la música de nuestro país. En gran medida esto es así porque es de los pocos eventos musicales a los que tienen la posibilidad de asistir menores en la Comunidad de Madrid.
La única hostilidad que se respira es la que genera el excesivo número de acciones publicitarias que se realizan. Un paisaje lleno de banderolas con logos de marcas, folletos o muestras de colonia por el suelo que contrasta con el espíritu contestatario que suelen tener los artistas de hip hop.
"Los tres vocalistas de Hablando en Plata lanzan sus rimas a una velocidad de vértigo"En el interior, los tres vocalistas de Hablando en Plata lanzan sus rimas a una velocidad de vértigo y se mueven con dinamismo sobre el escenario principal. El festival ha llegado a su quinta edición asentado como la gran fiesta del hip hop en España. Y aunque ahora traiga a artistas internacionales de peso como Dizzee Rascal o Common, los españoles siguen siendo los que arrastran a más público. Salvo una excepción, la de Xzybit, un rapero norteamericano que tiene un reality show en la MTV.
Estados Unidos es la cuna de este sonido y los artistas que vienen de allí siguen teniendo en su adn unas facultades únicas para coger el micro. Common, que salió a escena sin gregarios, es mucho más físico y contundente que Tote King, por ejemplo. El sevillano es uno de los pocos artistas de aquí que ha apostado por defender su música con un formato de banda de rock; con los miembros de dos grupos indies sevillanos -Sr. Chinarro y Maga- entre sus músicos. Pero en su caso no le saca demasiado partida. Sus lúcidas e ingeniosas canciones suenan demasiado densas. Cuando Dizzee Rascal, máximo exponente del grime inglés, interpreta las primeras estrofas de Fix up, look sharp, gran parte de las quince mil personas que calcula la organización que han asistido ya se han retirado
. Los que todavía tienen energías después de este maratón de música y otras expresiones artísticas relacionadas con el género urbano por excelencia, tienen por delante la actuación de Congo Natty. En el paseo de salida del recinto, el muro en el que unas horas antes intentaban pintar los tres chicos está completamente bombardeado con firmas.
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