Doce jefes de Estado africanos comenzaron hoy una cumbre de dos días en Tanzania con el fin de avanzar hacia el viejo sueño continental de llegar a la formación de los Estados Unidos de África.

En la reunión, que se celebra a puerta cerrada en esta población del norte de Tanzania, se analizarán temas como la soberanía y la integración económica y otros más generales como la crisis alimentaria mundial y la lucha contra la pobreza.

Antes de que comenzara la reunión, el ministro de Asuntos Exteriores de Tanzania, Bernard Membe, dijo a los periodistas que la cumbre analizará las reformas en los estatutos de la Unión Africana (UA) para permitir a la organización intervenir políticamente en los asuntos de sus miembros a fin de reforzar los compromisos continentales de gobierno y democracia.

Los jefes de Estado y las delegaciones que les acompañan comenzaron a llegar a Arusha anoche. El presidente anfitrión, Jakaya Kikwete, anunció que mañana, al final de la reunión, se dará a conocer un comunicado sobre las conclusiones.

La I Reunión del Comité de los Doce Jefes de Estado y de Gobierno analizará un informe elaborado por el Consejo Ejecutivo de Ministros de la UA que se reunió a comienzos de este mes, así como las conclusiones del Comité de los Diez creado para este asunto.

Este último órgano surgió de la cumbre africana de Ghana de julio del 2007, donde se decidió avanzar en una iniciativa que está siendo impulsada especialmente por Libia pero que tiene pocas simpatías en otras zonas del continente.

Se espera que ese comité elabore un calendario con el fin de que en el futuro se llegue a la creación del único gobierno continental y fije las particularidades de la relación entre los estados actuales y los órganos de los futuros Estados Unidos de África.

El Comité de los Diez quedó integrado por representantes de todas las regiones del continente: Sudáfrica y Botsuana (sur), Libia y Egipto (norte), Gabón y Camerún (centro), Etiopía y Uganda (este) y Nigeria y Senegal (oeste).

En la cumbre africana de Adis Abeba, que se celebró en febrero pasado, se decidió expandir el Comité de los Diez a dos nuevos miembros y darle nivel presidencial, vinculado al grupo al presidente de turno de la UA, Kikwete, y su predecesor en ese cargo, el jefe de Estado de Ghana, John Kufuor.

Las conclusiones que se adopten en la reunión presidencial que comenzó hoy en Arusha serán llevadas a la próxima cumbre semestral africana, que se celebrará en la localidad egipcia de Sharm El Sheikh el 30 de junio y el 1 de julio.

La idea de llegar a un Gobierno unificado en el continente comenzó a surgir en la mente de líderes panafricanos en el impulso independentista de los años sesenta, pero siempre ha encontrado tropiezos, opiniones discordantes y descrédito.

Aparte de la UA, la integración africana es fundamentalmente subregional, con distintas organizaciones que vinculan a sus miembros en temas monetarios y arancelarios y escasa influencia política.

El líder libio, Muamar el Gadafi, ha sido el que más ha insistido recientemente en esta iniciativa. En enero pasado, llegó a amenazar con "darle la espalda a África", y vincularse más a espacios mediterráneos o árabes, si no se avanza en esa dirección.

Fue Gadafi precisamente una de las figuras claves en la transformación de la antigua Organización para la Unidad Africana (OUA) en la UA actual, y ahora se ha hecho presente en Arusha para seguir avanzando en la integración continental.

Según analistas, la búsqueda de ese objetivo puede quedar eclipsada estos días por conflictos más actuales como los ataques xenófobos en Sudáfrica, una de las potencias continentales y cuya imagen exterior se ha visto lesionada por esa ola de violencia.

Hechos como esos, afirmó el profesor de Ciencias Políticas y de Relaciones Internacionales de la Universidad de Dar es Salam Mwesiga Baregu, representan un "tortazo en la cara" a los esfuerzos de unidad continental.

Según Baregu, los líderes africanos han demostrado ser insensibles a temas como el gobierno y la democracia, y son incapaces de comprometerse en un proceso serio de cooperación política.