Este artículo se publicó hace 16 años.
La cumbre de París trabaja en un plan ambicioso contra la crisis
Los líderes europeos trabajaban el domingo contrarreloj para conseguir una estrategia de recate para los bancos afectados por la peor crisis financiera desde los años 30, con la intensa presión de poder lanzarles un salvavidas antes de que abran los mercados mundiales.
En una reunión en París, el foco estaba puesto sobre cuánto dinero estatal podrían movilizar los gobiernos para adquirir los bancos si fuera necesario, y si suscribirían los préstamos interbancarios, paralizados ahora por el miedo y la desconfianza.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo a los periodistas que la reunión diseñaría un "plan ambicioso y coordinado" para hacer frente a la crisis, que surgió en Estados Unidos hace más de un año, pero se ha incrementado en las últimas semanas.
Los responsables sugirieron que podrían surgir más iniciativas que retórica de la reunión entre los líderes de Reino Unido y los 15 países de la eurozona, así como el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.
"Si no se restaura la confianza del mercado este fin de semana, es el fin del juego", dijo Marco Annunziata, economista jefe de Unicredit, un banco italiano que está entre los muchos cuyas acciones se han visto afectadas por el pánico que ha invadido los mercados.
La reunión de París fue convocada precipitadamente por Sarkozy, después de una cumbre de las naciones del G7 en Washington que no ha ofrecido acciones concretas, pero en la que se prometió hacer lo que fuera necesario para descongelar los mercados de crédito.
Antes del encuentro, Sarkozy celebró una sesión preliminar con Brown, Trichet, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso y el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, que también es portavoz de los ministros de finanzas de la eurozona.
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