Este artículo se publicó hace 13 años.
El dalái lama hace formal su petición de retiro político
El dalái lama pidió hoy al Parlamento tibetano el inicio de una reforma democrática que le permita desligarse del poder político y garantizar a su muerte la permanencia de las instituciones en el exilio.
"Si debemos seguir en el exilio durante varias décadas más, habrá un momento inevitable en el que no podré ser más el líder", afirmó el dalái, de 75 años, en un mensaje enviado al Parlamento tibetano en el exilio, reunido desde hoy.
"Para que nuestro proceso de democratización esté completo, ha llegado el momento para mí de delegar mi autoridad formal en un líder elegido", añadió Tenzin Gyatso, que ocupa el decimocuarto lugar en la histórica estirpe de los dalái.
La intención de ceder el poder político había sido anunciada por el dalái lama el pasado día 10, en un comunicado emitido con motivo del 52 aniversario de la fallida insurrección tibetana contra China, que lo llevó al exilio en la India.
Su decisión, dijo hoy, responde al deseo de "asegurar la continuidad de la Administración en el exilio hasta resolver el asunto del Tíbet", con la creencia de que "el gobierno de una sola persona es anacrónico e indeseable".
La pelota queda ahora en el tejado del Parlamento tibetano en el exilio, ubicado en la ciudad norteña india de Dharamsala, que debatirá a partir de mañana si acepta la petición del dalái, dijo a Efe por teléfono el secretario de la Cámara, Tenzin Norbu.
El dalái lama ha liderado el movimiento tibetano en el exilio desde su huida de Lhasa, pero justificó el retraso en ofrecer su retirada por la "falta de experiencia y madurez de las instituciones democráticas" que han ido gestando los dirigentes exiliados.
"Es necesario que establezcamos un sistema de gobierno adecuado mientras yo tenga capacidad y salud, para que la Administración tibetana sea autosuficiente y no dependa del dalái lama", pidió a los diputados.
Aprobar su petición requerirá anular varias viejas promulgaciones políticas anteriores, y, sobre todo, reformar el instrumento que rige la organización política de las instituciones tibetanas, la Carta de los Tibetanos en el exilio, aprobada en 1991.
El dalái encabeza un sistema todavía teocrático, que aúna en su figura el poder político y el religioso, aunque él mismo ha dicho que vive en un semi-retiro de la política y no tiene previsto acudir al Parlamento estos días.
"Está ocupado con su labor docente y no asistirá a los debates parlamentarios. Pero desde luego no habrá cambios en el plano espiritual. El dalái lama continuará con su labor", dijo a Efe el portavoz del líder budista, Tenzin Talkha.
Las deliberaciones del Parlamento coinciden con un momento político de incertidumbre, a la espera de que los tibetanos en el exilio elijan el próximo domingo a su "kalon tripa" o primer ministro, puesto al que aspiran tres candidatos.
Mirando al verdadero Tíbet desde la valla india, los tibetanos en el exilio han construido instituciones gubernativas paralelas, aunque su Gobierno no es reconocido formalmente por otros países.
En las elecciones del domingo votarán casi 80.000 exiliados, repartidos por la India, EEUU y diversos países europeos, aclaró a Efe el jefe de la Comisión Electoral, Jampal Chosang, quien añadió que los resultados se sabrán el 27 de abril.
Son importantes porque el vencedor podría asumir las funciones políticas que ostentaba hasta ahora el dalái, aunque no hay garantías de que el Parlamento tome una decisión en ese sentido, según Torbu.
El dalái lama se ha visto en los últimos años aquejado de problemas de salud, lo que le ha obligado a relajar su agenda oficial, aunque siguen siendo habituales sus viajes al extranjero, reuniones con mandatarios y seminarios de filosofía budista.
Y es su figura la que ha servido como engrudo de los tibetanos en el exilio y como referente para quienes permanecen en la región bajo mandato de China, un país que mantiene con la India relaciones tirantes por avenirse a cobijar a la comitiva del dalái.
"El linaje de los daláis lamas ha proporcionado liderazgo político durante casi cuatro siglos, por lo que podría ser difícil para los tibetanos aceptar un sistema político que no esté liderado por el dalái lama", reconoció hoy el propio Gyatso, al pedir que se le libere de esa función.
Por Diego A. Agúndez
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