Este artículo se publicó hace 15 años.
Dan Lungu, la nostalgia irónica como estrategia
El rumano publica su primera novela en España, ¡Soy un vejestorio comunista!
¿Cómo puede uno sentir nostalgia de un régimen que le privó de sus libertades? Es la pregunta que rondaba la cabeza de Dan Lungu (Botoani, Rumanía, 1969) después de haber conocido a una anciana comunista que añoraba el régimen de Ceaucescu.
"Pero este fenómeno no es una exclusiva de Rumanía, he conocido a italianos que echaban de menos a Mussolinni y supongo que también habrá españoles que añoren a Franco. Para algunos, el sentimiento de seguridad y de pertenencia al colectivo dominante está por encima de sus libertades individuales. Las dictaduras infantilizan a sus seguidores y, si el dictador muere, los adeptos se sienten como huérfanos", argumenta a Público el escritor.
"Tratar la dictadura con ironía es un truco para destruir su ideología"
Para intentar explicar esa "nostalgia paradójica", Lungu ha creado el personaje de Emilia Apostoae, una jubilada que echa de menos el régimen que cayó en 1989. "Yo no juzgo a mis personajes, intento que se les comprenda. Retratarlos a través del humor me permite mostrarlos muy de cerca sin perder cierta distancia ideológica", explica el autor, que también juega con la sonrisa para abandonar el tradicional discurso histórico.
En su opinión, "observar las dictaduras desde la ironía es un truco para destruir su ideología" y encontrar el sentido humano de los hechos. De ahí que en su libro, que publica este mes la editorial Pre-Textos, podamos encontrar vacas con las pezuñas lacadas para impresionar a Ceaucescu o historias sobre el dictador y su mujer a la caza de unos zapatos de cocodrilo en el Nilo, todo ello dentro del relato de unos personajes que vivieron y sobreviven al régimen.
Recuerdos dulces"La nostalgia es una forma de gestionar la irreversibilidad del tiempo"
Junto a la ironía y el humor, Lungu utiliza cierta tristeza y ternura en su intento por desvelar los mecanismos de la nostalgia. "Todos dulcificamos nuestros recuerdos. Lo raro es hacerlo cuando se trata de un pasado violento. Pero es que la nostalgia no es más que una manera de gestionar la irreversibilidad del tiempo, un mecanismo psicológico para enfrentarse a un problema filosófico", comenta el autor, parte de una generación de escritores rumanos que están dando que hablar en Europa.
Lungu ha logrado una gran repercusión gracias a las traducciones de sus libros al francés, italiano, alemán, español y húngaro. Entre otros reconocimientos, ¡Soy un vejestorio comunista! ha sido nominada al premio Jean Monnet en Francia y está en producción para ser llevada al cine. En octubre, el escritor visitará España para participar en una reflexión en torno a la creación literaria y la libertad de expresión antes y después del régimen comunista rumano.
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