Este artículo se publicó hace 15 años.
La danza como higiene física y mental contrarresta hoy la cultura del sofá
Con la máxima de que la danza es higiene física, mental, educativa y terapéutica, los profesionales de la danza han salido hoy a la calle y han puesto a bailar a más de seiscientas personas para contrarrestar la cultura del sofá y del mando a distancia.
Esta es la filosofía que los profesionales de la danza han sacado a relucir hoy en Barcelona en dos acciones protagonizadas por adolescentes una y por ciudadanos de a pie otra, y contenida en el mensaje que ha leído la coreógrafa Montse Colomé.
En nombre de la Asociación de Profesionales de la Danza de Cataluña (APdC), Colomé ha señalado en un manifiesto elaborado con motivo del Día Internacional de la Danza que "bailar es cosa de todos. Bailar es beneficioso y sienta bien a todo el mundo. Es salud, pura higiene física y mental".
La lectura de Colomé, coreógrafa independiente que ha trabajado en teatros y compañías y en eventos destacados, ha puesto el punto final a una exhibición de danza protagonizada por ciudadanos anónimos de todas las edades y condiciones en el patio del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).
Más de 120 personas se han inscrito y otras muchas se iban apuntando a última hora en una acción de varios minutos dirigida por el presidente de la APdC, Jordi Cortés, sobre una "deconstrucción" del tercer acto del ballet "La Bayadera" firmada por Germana Civera, premio Ciutat de Barcelona 2009.
Niños con mochila, recién salidos del colegio, personas con bolsas de la compra, bailarines y público en general, ordenados en filas y bajo la atenta dirección de Cortés, asistido por otros profesionales, han ido trazando esa coreografía, figura abstracta de la historia del ballet consistente en la repetición de la misma secuencia de pasos.
En el otro extremo de la ciudad, en el Mercat de les Flors, Centro de las Artes del Movimiento, medio millar de adolescentes de diez Institutos de Secundaria barceloneses han bailado "La suite de los espejos", una coreografía sobre la obra poética de Federico García Lorca que ha contado con la presencia de Laura García Lorca, una de las sobrinas del poeta.
Con esas dos acciones se ha querido festejar hoy el nacimiento de Jean-Georges Noverre (1727-1810), figura clave en la renovación del lenguaje coreográfico, que la Unesco convirtió en el Día Internacional de la Danza (DID).
Colomé ha lanzado al aire en su mensaje la siguiente reflexión: "¿Os imagináis que se practicara la danza con cierta normalidad en las escuelas, universidades, en la calle, en los hospitales de día, en los supermercados, en las fábricas, empresas, cárceles e incluso que se bailara en el Parlament?".
La APdC ha querido también hacer énfasis en la importancia que tiene la danza en el desarrollo integral de la infancia, que es una terapia que puede ayudar a gente con trastornos alimentarios, discapacidades y drogodependencias y que contribuye a la integración social en centros penitenciarios.
El bailarín de origen venezolano Adolfo Colmenares, de 42 años y con una visión del 7%, ha bailado la coreografía de Civera, y también Arturo, un compatriota de 29 años, diseñador de profesión, y Núria Olivé, de 51 años, ex bailarina y actual profesora de la Universidad Ramon Llull, al otro lado de la calle, que "no ha podido resistir la tentación".
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