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Decenas de miles de personas acuden a Lourdes en el 150 aniversario de la aparición

EFE

Decenas de miles de personas han empezado a llegar a Lourdes para la conmemoración, mañana, del 150 aniversario de las apariciones que convirtieron a esta pequeña localidad de los Pirineos franceses en el segundo lugar de peregrinación católica del mundo, después del Vaticano.

Los profesionales de turismo esperan 70.000 personas, pero el Obispado reduce esta cifra a 50.000, lo cual representa ya casi el doble de la media diaria habitual.

Esta no será la celebración más multitudinaria dedicada a la Virgen de Lourdes; en Argentina, concretamente en Santos Lugares, cerca de Buenos Aires, 300.000 personas conmemoran cada 11 de febrero las apariciones de la gruta de Massabielle.

"Pero en la ciudad francesa se realiza una labor pastoral a lo largo de todo el año", explicó a Efe Horacio Brito, argentino y superior general de la congregación misionera de la Inmaculada Concepción de Lourdes.

Este año se esperan unos 8 millones de visitantes, entre ellos dos de peregrinos y en septiembre la visita del Papa Benedicto XVI.

Este fin de semana y hasta el próximo martes se celebrarán numerosos actos conmemorativos, desde misas y procesiones hasta encuentros de autores que han escrito sobre Lourdes y un congreso de rectores de santuarios.

La jornada del aniversario empezará ante la Gruta con una misa internacional a la que asistirán 800 sacerdotes, 25 obispos y un cardenal, el obispo de Marsella Bernard Panafieu.

Más de 18.000 visitantes se han inscrito para esta misa, pero se cuenta con que acudan muchas personas de forma espontánea del resto de Francia, de Italia o de la vecina España.

El 11 de febrero es para la Iglesia el día de los enfermos (el Vaticano ha reconocido 67 curaciones milagrosas sobre las 7.200 declaradas), pero la jerarquía de Lourdes se niega a reducir el Santuario a un lugar de curación.

"Las peregrinaciones empezaron antes de que hubiera curaciones y Bernadette siempre se negó a reconocerlas", explicó a Efe el obispo de Lourdes y guardián del santuario, Jacques Perrier, antes de añadir: "las curaciones son la señal precursora de la resurrección".

"Nadie pone el acento en los milagros", indicó por su parte Brito, para quien "el milagro el signo de una conversión más profunda, la señal de que el mal no tiene el último poder".

En 1858, explica Perrier, la mayor parte de los enfermos que acudían eran tuberculosos, hoy los enfermos casi no se ven porque los más graves tienen cáncer o problemas de corazón.

"Yo también estoy enferma, pero enferma por dentro", cuenta una joven de Haiti residente en París que no quiso dar su nombre y que visita Lourdes regularmente porque aquí se siente "bien y sosegada".

"Nos debería subvencionar el ministerio de la Salud Mental", bromea Perrier, tras comentar que la mayoría de los visitantes, tanto los peregrinos como los otros, encuentran que aquí "pueden ejercer una dimensión espiritual" difícil de alcanzar en la sociedad actual.

Esto no es exclusivo de Lourdes, sino algo que se encuentra en todas las religiones, añade Perrier, pero señala que este santuario tiene un atractivo universal del que carecen otros más vinculados a un lugar a una época.

Tal vez por su popularidad, Lourdes suscita también mucho rechazo entre los profanos, pero también entre los creyentes, que ven demasiados mercaderes en este templo.

En la calle que lleva a la Gruta se pueden ver ejemplos descarados de este mercantilismo, como el Palacio del Rosario, unos grandes almacenes donde, entre otros "souvenirs", se venden bidones con la imagen de la Virgen para rellenarlos de agua milagrosa.

Dentro del recinto del santuario hay distribuidores de cirios y medallas; "una vela es la prolongación del rezo", dice el letrero.

En una página francesa de internet titulada "el Ateo", un internauta afirmaba recientemente que "perdió la fe en Lourdes", mientras Lola M., una peregrina de Madrid cree que se podría perder la fe al ver "lo que hay organizado alrededor de la Basílica", si no fuera por la gruta y "ese silencio que no se percibe en otra parte".

Contestando a las críticas y burlas sobre Lourdes, Perrier afirma que "nunca ha visto un reportaje negativo hecho por gente que haya estado aquí", las condenas siempre vienen de quienes nunca han pisado Lourdes.

Alina Reyes, escritora conocida hasta ahora ante todo por obras eróticas, pero que acaba de publicar un ensayo sobre Bernadette, cuenta que hoy día "cuando se escribe un libro erótico se expone uno mucho menos que si trata de espiritualidad".

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