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La decisiva transformación de Pau

Muy débil físicamente, inconstante y poco trabajador en sus inicios, Gasol halló en Joan Montes y Pepe Casal las bases necesarias para redirigir su carrera

NOELIA ROMÁN

A punto de coger la caña para echarse a pescar, río Sor abajo, Pepe Casal activa el botón de la memoria, suelta una carcajada y cuenta: 'Un día, me los encontré en el gimnasio, tumbados, con un folio sobre el pecho que ponía: Estamos en huelga de preparación física. Eran como Pili y Mili, el uno siempre al rabo del otro, un auténtico número cuando estaban juntos. ¡Me volvían loco!'. Eran Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, dos rebeldes con enorme talento a los que Pepiño, como le conoce todo el mundo, debía meter en vereda física, a petición de Aíto García Reneses, entonces técnico del Barcelona.

'Aíto me llamó para decirme que tenía dos chavales con muchísimo talento, pero por hacer físicamente. Que el uno, Navarro, era una realidad. Y que sobre el otro, Pau, tenía dudas porque no le gustaba el trabajo físico. A ver si conseguimos que mejoren..., me dijo', recuerda Pepiño, que asumió el cargo de preparador físico del Barça para continuar la labor que Joan Montes había iniciado en el filial azulgrana. Como director técnico de la cantera del Barça, Montes había tenido suficiente con ver a Gasol en un par de partidos para determinar que aquel chaval de 15 años, extremadamente delgado y larguirucho, podía tener un brillante futuro en el baloncesto.

'Por entonces, Navarro ya era internacional, pero a Pau le costó un poco más: era muy delgado, no tenía cuerpo de pívot y tampoco era muy trabajador', señala Montes. 'Sí, sí, Pau era muy delgado y tenía una mecánica de tiro diferente', constata Navarro. Seis meses después de conocerse, La Bomba y Gasol ya eran uña y carne. Pero como él mismo reconoce y todos los técnicos aseguran, Navarro era un jugador más 'maduro', la estrella de la selección júnior, de modo que antes de acompañarle en sus incursiones en el primer equipo del Barça, su amigo Pau tuvo que foguearse un par de años en la EBA. 'Pau tenía mucho talento, pero también muchos altibajos: era tan capaz de anotar 37 puntos y hacer cuatro jugadas a lo Jordan como de desaparecer del partido', explica Montes, que aún guarda algunas de aquellas jugadas en vídeo.

Ese proceso de consolidación, lento, generó ciertas dudas en Gasol, que un buen día llamó a Montes para comunicarle que pensaba seriamente en emigrar a alguna de las universidades estadounidenses que se lo habían propuesto. 'Es que veo que en el Barça no voy a llegar', cuenta Montes que argumentó Pau. Alarmado, el técnico le convocó en un bar de Sant Boi, que bajó la persiana sin que Montes hubiera logrado el objetivo que tras horas de paseo por la rambla del pueblo, ya de madrugada, acabaron alcanzando.

Así que, tal y como le había prometido, Montes aprovechó la primera oportunidad que Aíto le dio para llevar a Gasol a entrenarse con el primer equipo. Sasha Djordjevic, entonces base azulgrana, le deslizó: 'Este chico es parecido a Kukoc; puede ser un gran jugador'. Como Kukoc mientras estuvo en Europa, Pau quería jugar de ala-pívot. Con 19 años, era un jugador longilíneo: sus 211 cm se sostenían en 89 kilos. 'Físicamente, era muy blando', afirma Pepiño. 'Lo tenía todo por hacer y, como a su colega [Navarro], no le gustaba mucho entrenarse', prosigue el preparador, que se tuvo que poner serio con ellos cuando su presencia en el primer equipo del Barça se convirtió en habitual.

Como Montes, Pepiño también necesitó de una 'conversación profunda' con Pau para poner las cosas en su sitio y lograr que aquel talento, 'con mucha diferencia, lo mejor que he tenido' y ha tenido muchos, pues, como preparador de la selección trabajó con Fernando Martín, Andrés Giménez y Romay, entre muchos otros creciese físicamente con entrenamientos extra que de voluntarios sólo tenían la hora. 'Pero los jugadores de aquel equipo eran muy trabajadores y les animaban; además, el ambiente era muy bueno, había muy buen rollo y era muy divertido', asegura Pepe Casal.

Y cada vez lo fue más porque, superado el primer curso de idas y venidas entre el filial y el primer equipo, en el segundo, mediada la temporada, Gasol le birló el puesto a Rony Seikaly, la pretendida estrella, un ex NBA al que Pau superaba muchas veces en los ensayos, según asegura Montes. A partir de entonces, el proceso se precipitó. Y el pívot de Sant Boi se convirtió en el rey del mambo: como líder del Barça conquistó la Copa y la Liga y sorprendió al mundo. Pero para los que trabajaban con él, aquello fue algo natural. 'Si Sabonis era una estrella, él también tenía que serlo: era muy listo, más rápido y se movía mejor', razona Montes.

Habituados a sus genialidades, Pau descolocó a su entorno de trabajo cuando anunció que había decidido dar el salto a la NBA. El Barça confiaba en él para asumir, por fin, la conquista de la Euroliga; y Pepiño había renovado para continuar trabajando el físico de Gasol, que se marchó a Estados Unidos con 104 kilos repartidos en 2,15 metros. 'Pero él lo tenía muy claro y yo le apoyé', dice Navarro. 'Y todo fue tan rápido y tan bien que fue difícil de asimilar', añade Marc Gasol que, junto a toda la familia y a petición de su hermano, se mudó a Memphis.

Lo que vino después es historia: número tres del draft, rookie del año, All Star, los Lakers y el anillo. 'Aunque creo que, si le proponen cambiarlo por un Roland Garros, se lo pensaría', concluye Pepiño. Lleva ocho veranos asistiendo a los tremendos piques de Gasol y Navarro con la raqueta, mientras dirige el decisivo robustecimiento del cuerpo de Pau (113 kilos).

Juntos protagonizaron la época más gloriosa de los Lakers y, al unísono, como cuando el uno finalizaba con su mítico ‘skyhook’ (gancho) la fabulosa asistencia del otro, se han rendido ante el incuestionable talento de Pau Gasol. “Sin Gasol, los Lakers no habrían podido conquistar este título”, aseveró ‘Magic’ Jonhson, minutos después de que los Lakers se hicieran con su 15º anillo ante Orlando. “Gasol es el ‘Maestro’ porque puede jugar con estilos diferentes”, añadió Kareem Abdul-Jabar, máximo anotador en la historia de la NBA, en su blog. Con el triunfo de Gasol, ‘Magic’, que posee un 5 por ciento de las acciones de los Lakers, ve reafirmada su decisión de bendecir, el curso pasado, el traspaso del pívot catalán desde Memphis. “Puede anotar desde dentro y fuera, dar asistencias y coger rebotes”, dijo entonces. La llegada a Los Ángeles permitió al pívot de Sant Boi trabajar con Adbul-Jabbar, otra de las leyendas púrpura incorporadas al ‘staff’ técnico de los Lakers.  

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