Este artículo se publicó hace 12 años.
La Declaración de Cádiz y el Plan de Acción, listos para la Cumbre Iberoamericana
La "Declaración de Cádiz" y el Plan de Acción ya están casi listos para su aprobación este viernes por la Cumbre Iberoamericana, marcada por la depresión en los países europeos y el temor al contagio de las dinámicas economías latinoamericanas.
Esos documentos, junto a una serie de comunicados especiales, son consensuados hoy y mañana en el Palacio de Congresos de Cádiz por altos funcionarios de 22 países de América Latina, España, Portugal y Andorra.
El objetivo es que los jefes de Estado y de Gobierno puedan concentrarse en lo que interesa a todos: la ayuda mutua para generar crecimiento y empleo y en la configuración de un nuevo orden mundial, dando más peso a los países emergentes.
La urgencia del momento obliga a huir de la retórica y aprovechar este foro de concertación política para coordinar planes de acción y renovar el vínculo de España y Portugal con América Latina.
Fuentes diplomáticas dijeron hoy a Efe que hay un ambiente "constructivo" entre las diferentes delegaciones que redactan los documentos de la cumbre y quedan poco puntos por cerrar.
Algunos países, entre ellos Argentina, han presentado hoy aportaciones que aún deben analizarse, señalaron a Efe fuentes próximas a la negociación que no dieron detalles sobre su contenido.
La aprobación de la Carta Iberoamericana de las Pymes (pequeñas y medianas empresas), la creación del Centro Iberoamericano de Arbitraje para mediar en litigios o el apoyo a una Escuela Iberoamericana de Policía son algunas de las propuestas que analizan los coordinadores nacionales en Cádiz.
Los mandatarios de Argentina, Venezuela, Cuba, Guatemala y Paraguay no asistirán, por diferentes razones, a la cita anual iberoamericana que nació en 1991 en Guadalajara (México).
En paralelo a la cumbre se celebran diversas actividades paralelas. Entre ellas el Foro Eurolatinoamericano de Comunicación que reúne hoy en esta ciudad a políticos, empresarios y representantes de organismos multilaterales y de medios de comunicación y que clausura el ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo.
La Cumbre de Cádiz tendrá invitados de muchos organismos internacionales, como el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso; la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton; el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza; el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, y el secretario general de la OCDE, Angel Gurría.
También asisten como observadores el primer ministro marroquí, Abdelilá Benkirán, y el presidente de Haití, Michel Martelly.
La concertación política en foros multilaterales, como el G-20 del que forman parte varios países iberoamericanos o la ONU, organismo en el que aspiran a tener una mayor representación regional, es clave para la comunidad iberoamericana que supera los 600 millones de personas.
La Cumbre de Cádiz propondrá al expresidente chileno Ricardo Lagos dirigir un grupo de reflexión para renovar el sistema de Cumbres Iberoamericanas y con convertir estas citas en bienales a partir de 2013 en Panamá, en alternancia a las cumbres UE-América Latina y el Caribe. Ésta se celebrará en Santiago de Chile en enero.
El lema de la XXII Cumbre Iberoamericana es "Una relación renovada en el bicentenario de la Constitución de Cádiz", en homenaje a la Carta Magna que aprobaron en 1812 diputados españoles y latinoamericanos.
El Palacio de Congresos, sede principal de la Cumbre, está blindado por una fuerte presencia policial. En el centro de la ciudad varios miles de personas se manifestaron en el marco de la huelga general convocada por los sindicatos hoy en España contra las políticas de recortes.
Pilar Valero.
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