Este artículo se publicó hace 13 años.
Defienden una arquitectura en las ciudades ligada a la ecología y la vida
La crisis económica no debe suponer un retroceso en ese "ideal" de que las ciudades crezcan sobre la base de la ecología y "una nueva cultura de la vida", y que aspiren al beneficio de las generaciones actuales y futuras, lejos de esos años en que la especulación hizo que el individuo "se olvidara de sí mismo".
El reconocido arquitecto madrileño Javier Maroto, profesor universitario junto a su socio Álvaro Soto y responsables ambos del estudio 'Solid Arquitectura', ha explicado a Efe, coincidiendo con la Semana de la Arquitectura, la importancia del momento actual para cambiar las construcciones y las ciudades, que en realidad son el hábitat de la persona.
Ya desde su sentido etimológico, ecología significa la casa del hombre (viene del griego oikos=casa), de lo que se deduce que cuando construimos una ciudad "en realidad lo que construimos es la gran habitación del hombre", destaca Maroto.
Por este motivo, se entiende menos lo que se ha hecho en los últimos años, cuando la especulación y un crecimiento forzado por la economía ha propiciado "que nos hayamos olvidado incluso de nosotros mismos, que es un absurdo", asegura.
Maroto afirma que no se puede seguir construyendo "como hasta ahora", porque la ecología se ha incorporado a la arquitectura y hoy se reconoce el "gran valor medioambiental" que tiene la arquitectura.
En su opinión, la sociedad ha tomado "conciencia" de que es necesario "volver a aplicar el conocimiento" en beneficio de las generaciones actuales y venideras y exige a los arquitectos que incorporen esa "sensibilidad" a sus proyectos.
Construir es "una forma de dejar huella en el mundo" y, siguiendo esta reflexión, es "muy importante" que los hábitos que hoy tenemos "no contradigan nuestra capacidad de futuro", añade.
La filosofía que intentan plasmar estos arquitectos en sus proyectos incluye un "ideal" a conseguir en las ciudades, porque "los ideales mueven el mundo" matiza Javier Maroto, pero sin perder la perspectiva de lo que se ha logrado y corrigiendo, a su vez, determinados "hábitos mal adquiridos".
"Tenemos que recoger parte de lo que hemos logrado y corregir algunos hábitos mal adquiridos y mal desarrollados y que están siendo perniciosos para nuestra convivencia y para nuestro hábitat. Y esto no es una cuestión intelectual, es algo que es necesario hacer", ha reivindicado Maroto.
Este arquitecto insiste en que "hoy más que nunca", inmersos en la crisis, hay que "construir una nueva cultura de la vida y una nueva manera de entender el hábitat, que sea compartida por todos" y subraya que la palabra clave debe ser "más calidad" en las construcciones.
En aspectos más concretos, pero no menos importantes, Soto y Maroto defienden "lo sencillo y lo práctico", pero también lo "sano" que muchas veces se ha olvidado en las construcciones.
Un ejemplo muy de andar por casa: es "muy importante" que todas las piezas de una vivienda -incluido el cuarto de baño- sean exteriores.
Conocedores del crecimiento de las ciudades (Madrid sobre todo) en las últimas décadas, Soto y Maroto cuentan en su trayectoria con premios como el de Arquitectura y Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid y del Colegio de Arquitectos de Madrid, han sido finalistas de la Bienal de Arquitectura Española en diversas ocasiones y en 2008 fueron seleccionados para la Bienal de Arquitectura de Venecia.
Han publicado en revistas de ámbito nacional e internacional y de forma individual y en equipo han obtenido más de cincuenta premios en concursos nacionales e internacionales, además de impartir clases como profesores invitados en Escuelas de Arquitectura de Europa y Estados Unidos.
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