Este artículo se publicó hace 13 años.
Del Bosque dice que "un sueño compartido con todo el país"
Vicente Del Bosque repasa un año después el mayor éxito de la historia del fútbol español, el Mundial 2010 conquistado en la prórroga de la final ante Holanda, que califica de "un sueño difícil de lograr y compartido" con todo un país que no ha cesado de rendir homenajes a sus héroes.
Recibe a EFE en su despacho de La Ciudad del Fútbol, en las afueras de Madrid, donde reina una copa de grandes dimensiones del último amistoso en Venezuela. Tres veces mayor que la del Mundial. "Qué hará esta Copa aquí en vez de estar en el museo", se pregunta Del Bosque.
Del Bosque está algo incómodo en el despacho, alejado de su sitio natural, el campo de juego. Hasta llegar a él, se atraviesan unos metros que transmiten con fotos la época gloriosa del fútbol español.
Pregunta: Se cumple un año del mayor éxito de la historia del fútbol en España. Doce meses de homenajes.
Respuesta: Todo el mundo nos ha transmitido mucho cariño. Hasta la gente despegada del fútbol nos siguió y parecía que estaban dentro del Mundial.
P: ¿Qué demostró España en el Mundial?
R: Venía de atrás, de la Eurocopa de Austria. Una selección que estaba cuajada, en un buen momento, éramos aspirantes a ganar el Mundial. Pero sabíamos que para hacerlo se tenían que dar muchas circunstancias. Era un sueño difícil de lograr. Un sueño compartido. Tuvimos esa pizca de suerte que se necesita para triunfar en el deporte.
P: ¿Qué momento, detalle o gesto guarda en la retina?
R: Muchos. Lo más importante fue que desde que iniciamos la concentración fueron 50 días de convivencia excelentes. No tuvimos prácticamente ningún episodio negativo. Recuerdo aquellos momentos difíciles que pasamos tras el golpetazo de Suiza. Nos habíamos preparado para la posibilidad de que todo no fuera como pensábamos pero no con la dureza de ese partido. En las horas posteriores tuvimos que encajar y encauzar una situación complicada.
P: Esa derrota abrió los ojos, ¿fue clave para el éxito?
R: Este grupo no necesitaba de un palo tan severo y tan duro. No estábamos creídos de que íbamos a ganar el Mundial. Lo podíamos pensar, pero no teníamos esa chulería de decir vamos a ser campeones. Por lo tanto no necesitábamos una cura de humildad tan grande como supuso la derrota contra Suiza (0-1).
P: Pero el grupo salió reforzado de esos momentos.
R: Es verdad. Se reforzó. Fueron muy maduros, generosos y entendieron perfectamente que no era una cuestión de cambiar por cambiar, sino que había que mantener lo que nos había llevado al Mundial, las diez victorias seguidas, todo lo hecho en la Eurocopa y lo preparado para Sudáfrica.
P: ¿Sintió que fue su momento de máxima exigencia desde que es seleccionador?
R: Entiendo que es así. Es el fútbol y es una contrariedad grande. Lo más importante es que mantuvimos la calma. De los once que jugaron ante Suiza repitieron nueve (ante Honduras) y no estuvo el décimo, Andrés Iniesta, porque estaba lesionado. Solo hubo un cambio, Fernando Torres por David Silva, el resto los mismos. Fue un mensaje de seguridad. Es algo necesario. Se nos acabó el colchón y desde ahí fueron partidos a vida o muerte.
P: Nada trastocó un modelo que se ha inculcado en todas las categorías de la selección y que genera envidias.
R: Eso es bueno y además es que casi no hay que transmitirlo verbalmente, sino que se produce un mimetismo de los mayores a los pequeños. Este proceso no se sabe de donde viene porque estos chavales que tenemos en la absoluta ya venían jugando así.
P: ¿Nunca dudó de ese estilo?
R: No. No hay ninguno que no valga para jugar así. Tenemos por ejemplo una mezcla de estilos como Xavi, Cesc, Cazorla con los Javi Martínez, Busquets, Xabi Alonso. Un medio campo que se complementa. Tenemos años por delante con ellos, pero con una competencia enorme porque Silva o Iniesta están en una edad buena.
P: ¿Qué momentos puede señalar claves para el éxito?
R: Muchos. Las paradas de Iker, en el penalti a Paraguay o en la final. El acierto de David Villa. La constancia en el juego de los centrocampistas. Poner el acento en uno u otro es imposible. Lo único que queda es ese gol final en el minuto 116 de Iniesta. Es el momento clave. Pero para llegar ahí hubo momentos difíciles.
P: ¿Triunfó el mejor equipo en el Mundial?
R: El fútbol salió reforzado. Y con simpatía. Estamos en una época en la que uno solo es imposible que haga nada. El grupo funcionó bien en la convivencia día a día y también en el campo. No se puede olvidar que hay doce que se quedan sin jugar. Titulares en sus clubes, que no están acostumbrados al banquillo. Por ejemplo, Víctor Valdés y Pepe Reina apoyaron como bestias. Un detalle, Pepe fue capaz de transmitir a Iker el día que Cardozo tira el penalti por la zona de seguridad donde golpea.
P: Demuestra su teoría la jugada del histórico tanto de Iniesta. Nace de tres jugadores suplentes: Jesús Navas, Torres y Cesc.
R: Todos ellos son campeones del mundo, con su mayor o menor participación. Me gustó que Víctor Valdés, que a priori había sido cuestionado si lo debíamos de traer o no, tuvo un comportamiento fenomenal. Ya ni digo Pepe o Albiol, que no jugó ningún minuto. Y otros como Llorente que jugó media hora ante Portugal y fue importante para poder ganar el título.
P: Aquel 11 de julio, ¿fue el día más grande de su carrera?
R: La repercusión de un Mundial es mucho mayor. Si tengo que quedarme con algo me quedo con una trayectoria de un chaval que quiere ser futbolista, un día es seleccionador y que es campeón del mundo. Día a día han pasado momentos buenos.
P: Entre tanto éxito ya asoman nuevos retos.
R: Lo conseguido se recordará siempre pero debemos tener una mirada de lo que se nos viene encima, del futuro, con clasificación por rematar para la Eurocopa. Está bien que recordemos, que celebremos, pero al mismo tiempo hay que preparar el futuro.
P: ¿Pesa el cartel favorito que se cuelga ya a España?
R: Estamos en un momento buenísimo, histórico, pero las diferencias son mínimas y no podemos confiarnos. En el próximo Europeo estará Portugal con una gran selección, Francia que despertará, Inglaterra que no participó en la pasada Eurocopa, Italia que anda un poco adormilada, más Holanda y Alemania que fueron segunda y tercera en el pasado Mundial.
P: Pero el mayor peligro de España, ¿no es la propia España?
R: No tengo miedo de eso. Puede ser que individualmente alguno se pueda confundir, nos confundamos. Pero en líneas generales es una plantilla con bastante conciencia de que el fútbol es muy corto, de que cada reto que tengamos por delante hay que poner manos a la obra y que no podemos creer en lo conseguido. Nos van a valorar por lo que hagamos en el futuro, no por lo que hemos hecho en el pasado.
P: En ese futuro, ¿seguirá Del Bosque o piensa que tras la Eurocopa 2012 debe cerrar un ciclo?
R: Yo no he anunciado nada. He dicho que estamos en los últimos momentos, pueden ser uno, dos tres años, pero vamos, estamos al final. Lo que hace falta es que igual que cogimos un relevo de Luis y el camino estaba más o menos marcado, que cuando nos vayamos nosotros, el fútbol español siga bien asentado y el que venga que lo tenga todo bien hilvanado.
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