Este artículo se publicó hace 15 años.
Los Delinqüentes, rumbas por consiguiente
El dúo jerezano regresa con un cóctel musical divertido, bailable y muy español
En una ocasión, al director Robert Bresson le preguntaron qué estaría haciendo de no haber prosperado en el mundo del cine. "Atracaría bancos", respondió impasible. Con Canijo y Ratón, Los Delinqüentes, te esperas algo similar, sobre todo con ese nombre inspirado en una canción de los míticos Veneno. Pero no. Canijo habla de teatro y Ratón, de niños: "Me encantan los niños. De no haber podido vivir de la música sería maestro. Me quedé a un curso de acabar magisterio".
Ladran más que muerden. Sentados en una cafetería de la madrileña estación de Atocha son hasta entrañables. Tras ese velo juerguista y pendenciero, a Ratón se le asoma al rostro la madurez y a Canijo, la melancolía. ¿De qué? Quizás de la compañía de Miguel Benítez, el tercer Delinqüente, fallecido por sobredosis en 2004 a los 21 años, pero todavía vivo en las canciones del ahora dúo. De hecho, el título de su nuevo disco, Bienvenidos a la época iconoclasta (El Volcán, 2009), lo puso él.
El título coincide con el de una obra de teatro que hicieron en 1998. Primera anécdota, en labios de Canijo: "Nos apuntamos a un ciclo de teatro del Ayuntamiento de Jerez y nos dieron un dinerito para montar algo. Y el dinerito nos lo gastamos en material extraoficial dedicado al teatro, es decir, porros y cerveza. Con ese dinero en nuestros pulmones y en nuestro hígado, a Miguel se le ocurrió lo de la época iconoclasta justo antes de subirse al escenario. Nuestra obra fue bastante aclamada, y eso que no tenía ni guión ni nada, lo improvisamos todo sobre la marcha".
Hoy en día, confiesa Ratón, "tampoco ensayamos mucho, tres o cuatro veces antes de cada gira". Precisamente una gira es el escenario de la segunda anécdota: el día que se cagó el Morillas. "Es uno de nuestros palmeros cuenta Canijo, se pasó todo el día bebiendo tinto y justo antes del concierto se empezó a sentir mal. En mitad de una canción se descompuso entero. Se puso blanco. Había una peste en el escenario...".
Con Felipe González
Los Delinqüentes, que tienen mucho más que ver con elrock and roll y la rumba que con el flamenco, son un grupo de directo. "Ahí vive la música, sin trampa ni cartón", subraya Ratón. De gira les pasan las cosas, experiencias que en muchos casos acaban reflejadas en las canciones.
No es el caso, por ahora, del día que se encontraron en el AVE con Felipe González. Tercera anécdota, esta a dúo. Canijo: "Veníamos de tocar siete días seguidos, íbamos con las caras blancas. Bajamos del tren en Sevilla y vimos a Felipe González. Y empezamos a gritar: Felipeeeeee, ¿qué pasa, Felipeeee?. Y Felipe: Hola, hola, me alegro de volver a veros". Ratón: "Y no lo habíamos visto en la vida". Canijo: "Y al darse la vuelta tropezó con unas maletas y se cayó al suelo. Y nosotros: Ostia Felipe, que te caes. Fue un encuentro muyiconoclasta".
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