Este artículo se publicó hace 16 años.
Los demócratas celebran logros y desafíos para la mujer en el aniversario del sufragio
La Convención demócrata celebra hoy el 88 aniversario del sufragio femenino en Estados Unidos y recuerda los grandes logros de la mujer desde entonces y el largo camino que todavía falta por recorrer.
Asistentes a la Convención como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, la gobernadora de Kansas, Kathleen Sebelius, o la propia Michelle Obama, esposa del candidato demócrata Barack Obama y una exitosa abogada de Chicago, dan testigo del avance de la mujer.
Pero nadie mejor para ejemplificar la mezcla de triunfos y tareas pendientes que la senadora por Nueva York, Hillary Clinton, la mujer que ha estado más cerca de alcanzar la presidencia de EE.UU. y estrella hoy de la Convención en esta cita con la historia.
La proeza de Hillary ha dejado a las miles de seguidoras de la senadora que han viajado a Denver un sabor agridulce.
Margarita Ostolaza es una delegada de Hillary por Puerto Rico a la que no le satisface "la medalla de plata" que obtuvo la senadora en las elecciones primarias, en las que compitió y perdió por la candidatura presidencial contra Obama.
"En el caso de la mujer todo tiempo pasado fue peor", dijo a Efe Ostolaza, quien insistió, de todos modos, en que la que ella califica como "campaña extremadamente sexista contra Hillary Clinton" demuestra los desafíos pendientes.
Al igual que muchas de las asistentes al encuentro de los demócratas, la ex senadora puertorriqueña identifica las batallas de Hillary con las suyas.
"Pertenece a mi generación y, como yo, ha luchado por los derechos humanos, por los derechos de la mujer y los de los hispanos", concluyó Ostolaza, para quien "esta es una Convención deprimida".
Lilliam Roberts, una afroamericana neoyorquina de presencia serena que mantiene a sus 80 años un aire todavía juvenil, contempla la situación desde un prisma distinto.
Sentada en el espacio reservado a los delegados de Nueva York, en el Pepsi Center, núcleo fuerte de los "pro-hilarianos", Roberts relata la "enorme" importancia de este aniversario.
"Las mujeres somos ahora la mayoría de la población, cada vez hay más mujeres profesionales e involucradas en la política", explicó la partidaria de Hillary que dará en noviembre su voto a Obama.
Para Roberts, la derrota de Clinton "no es negativa", sino una clara señal del creciente empuje femenino.
Chris Citron, una abogada de 50 años de Colorado que se autodescribe como "feminista" y partidaria de Obama, recuerda en este aniversario "las dos caras de la moneda".
En su opinión, "el que haya ya 16 senadoras de un total de 100 frente a las solo dos de hace unos años y el que Pelosi sea la primera mujer que preside la Cámara de Representantes son claras señales de los éxitos conseguidos".
"Pero todavía nos queda mucho por delante, es necesario aprobar una ley que garantice la igualdad de salarios y conseguir una mayor representación femenina en la política", apuntó.
Otro aniversario histórico, el centenario de la última Convención de los demócratas en Colorado, que tuvo lugar en 1908, ilustra lo mucho que han cambiado los tiempos.
La reunión de 1908 fue la primera en la que participaron las mujeres.
A diferencia de esta reunión, en la que hay 2.226 delegadas, de un total de 4.438 delegados, la pequeña comitiva de 1908 estaba integrada por solo dos representantes del género femenino: una de Utah y la otra de Colorado. Otras tres se eligieron como alternas.
Un artículo del diario The Rocky Mountain News del 7 de julio de 1908 retrata la atmósfera del momento.
Una de las delegadas, Henry J. Hayward, de la que no se da su nombre de pila, era una "mormona de Utah" a quien el periodista debió de preguntar si la posibilidad del sufragio universal femenino interferiría con los cometidos propios de la condición femenina.
"De todas las ideas ridículas, la más estúpida es la de que el sufragio interfiere con las tareas de la mujer como ama de casa y esposa", dijo la delegada.
"El interés en los temas del momento da vida a la mujer y la hace olvidar sus rutinas diarias de lavar los platos, quitar el polvo y barrer y hace que tenga temas comunes de los que discutir con su marido", aseguró entonces Hayward.
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