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Denis Rafter afirma "la relación con el público me impulsa a seguir trabajando"

EFE

El actor y director de escena Denis Rafter dice que "sentir y hacer sentir" le impulsó a convertirse en un hombre de teatro, ya sea trabajando "como actor o como director", y que "la relación con el público" le impulsa a continuar trabajando "y ofreciendo al público esos sentimientos".

Lo expresa así en una entrevista con Efe en Almagro, en cuyo Festival Internacional de Teatro Clásico tiene una doble presencia, pues imparte una clase magistral sobre Hamlet este fin de semana y el lunes ofrecerá un espectáculo de tradición oral titulado "Cuentos de una noche de verano".

Nacido en Dublín en 1942, Rafter confiesa que le da "mucho placer escuchar al público reír o sentir, incluso llorar en el sentido positivo" y que por ello sigue trabajando, con Shakespeare, Calderón o autores contemporáneos.

Aclara que, a pesar de ser un experto en Shakespeare, está abierto a cualquier tipo de autor o propuesta escénica.

Acaba de estrenar una nueva obra, "Goya y la extraña familia", donde seis actores manipulan muñecas; "también soy titiritero", explica.

No obstante, Rafter asegura que el trabajo como actor es el más satisfactorio, ya que "es el actor quien está al pie del cañón".

Para Rafter, el actor "es un torero que tiene que superar sus miedos, mantener el coraje y la disciplina y, al tiempo, descubrirse, mostrar las emociones y su propia alma".

"De verdad, cinco minutos antes de subir al escenario, aún sigo preguntándome por qué soy tan tonto de pensar, otra vez, que puedo salir a divertir a tantas personas", afirma Rafter.

Reside en España desde hace más de cuarenta años y al estudiar los diferentes Hamlet que se habían representado comprobó "los grandes cambios del teatro en este país" durante cuatrocientos años.

En opinión de Rafter, España cuenta con "actores, actrices y directores que son profesionales de primera categoría" y en las últimas décadas hay "mucha más oferta, muchas más compañías que salen de gira y mucho interés por parte de los jóvenes", y además "un perfil, una imagen internacional".

"A veces -añade-, la televisión es un animal que come mucho talento".

"Muchos actores de televisión tienen su corazón en el teatro" pero en la tele "se gana más dinero y la imagen es mucho más fuerte", lamenta Rafter.

Sobre su clase magistral en Almagro, Rafter explica que es un acercamiento a los "los soliloquios de Hamlet".

El objetivo es que el actor pueda entender lo que siente Hamlet y "no es tan sencillo" porque los soliloquios tienen "un gran contenido poético y mucha pasión".

Sobre el espectáculo del lunes en el Patio Wessel, indica que el protagonista es el 'seanachí', "que viene de la costumbre celta del bardo, del músico cantante que va de castillo en castillo contando historias, muchas inspiradas en cuentos griegos pero contadas de una manera muy irlandesa".

A las historias que aprendió Rafter en Irlanda se suman cuentos de todo el mundo, "como un cuento de China muy interesante"; asimismo, "anécdotas" experimentadas en España, como errores con el idioma o el acento.

Shakespeare y Lope de Vega son, según Rafter, "difíciles de comparar"; el primero "llegó en el momento justo, cuando se necesitaba" y reflejó "los miedos espirituales", mientras el segundo -de quien el Festival celebra los 400 años de la publicación de su "Arte de hacer comedia"- "era mejor observador".

"Una pena que (Lope) no viviera en Inglaterra para que se hubieran conocido".

"A mí, personalmente, me encantaría asistir a una conversación entre Lope, Shakespeare y Oscar Wilde", imagina Rafter.

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