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Descubren en Marte huellas de un lago que hubiera sido habitable

EFE

Científicos de la Universidad de Arizona han identificado un cráter en Marte con "aparentes" huellas de haber sido un plácido lago que, en su momento, hubiera sido habitable.

El cráter Holden, con una base de grandes rocas "breccia", aparece rodeado interiormente por anillos formados por capas de sedimentos que forman las orillas "de lo que aparentemente fue un longevo y calmado lago en el marte primitivo", según han divulgado hoy los investigadores.

Estos pertenecen al Experimento Científico de Imágenes en Alta Resolución, HiRISE (por sus siglas en inglés), del departamento de Ciencias Planetarias de Universidad de Arizona.

Las rocas que los geólogos denominan "breccia" ya indican presencia de agua: son aglomeraciones de fragmentos más pequeños cimentadas por minerales disueltos.

"El cráter Holden tiene uno de los megabreccia mejor expuestos de Marte", dijo el investigador principal del HiRISE, profesor Alfred McEwen.

El "megabreccia" y los sedimentos, principalmente de arcilla, "contienen minerales que se forman en presencia de agua y marcan ambientes potencialmente habitables. Este lugar sería excelente para enviar un vehículo robot y traer de regreso una muestra; supondría un gran avance en la comprensión de si Marte puede soportar vida", dijo Holden.

Según los expertos en Marte, bloques de piedra de hasta 50 metros de diámetro salieron despedidos cuando un meteorito formó el cráter, rocas que más tarde, aparentemente por el agua, formaron "megabreccia".

Al menos el cinco por ciento del peso de los sedimentos encima del "megabreccia" está formado por arcillas, según los investigadores que usaron el "espectómetro compacto de imágenes marcianas" del Orbitador de Reconocimiento de Marte.

"El origen de estas arcillas es incierto -afirma otro investigador, John Grant, del Museo Smithsoniano Nacional del Aire y del Espacio-, pero si estuviéramos viendo imágenes de la Tierra y buscáramos lugares propicios para ser habitados, miraríamos a sitios como ese".

Según el estudio de la Universidad de Arizona, los "megabreccia" y las arcillas no son las únicas pruebas de que hubo un lago: encima de ambas hay una capa de guijarros o ripio, depositados cuando el agua, en torrentes, erosionó la zona.

Todo ello, según el estudio de la universidad, hubiera quedado oculto si no fuera porque las paredes del cráter se desmoronaron, incapaces de soportar la presión del agua, en un volumen calculado en 4.000 kilómetros cúbicos

"El volumen de agua que fluyó durante esa riada tuvo que ser espectacular -afirma Granta-, pues fue capaz de mover bloques de piedra del tamaño de un campo de fútbol a más de 70 u 80 metros de distancia".

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