Este artículo se publicó hace 14 años.
La desesperación y la violencia crecen en Haití mientras el mundo piensa en su futuro
La desesperación y la violencia aumentan en las calles de Haití, cinco días después del terremoto que dejó al menos 100.000 muertos, mientras la comunidad internacional lucha por frenar estos problemas inmediatos y se plantea la reconstrucción a largo plazo.
La llegada de los camiones con paquetes de ayuda genera casi siempre tumultos y caos. "Para nosotros, una distribución exitosa de alimentos o agua es aquella en la que nadie sufre daños", dijo a Efe el capitán Marco León Peña, del contingente boliviano de la Misión de la ONU en Haití (Minustah).
Por esa razón, "nunca anunciamos el lugar donde vamos a repartir la comida para evitar tumultos", agregó Peña.
Dicha ayuda no ha llegado a muchos puntos de concentración de damnificados en estos angustiosos días, como es el caso de los miles de refugiados de Peguyville, en la capital, que después del seísmo de 7 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, solo han visto un camión con agua potable.
Muchos damnificados se quejan de que no han recibido ninguna asistencia, pese a que el aeropuerto de Puerto Príncipe soporta verdaderos atascos de aviones cargados con víveres y medicinas.
"Hay que comprender, la coordinación se ha ido al suelo, lo mismo que nuestros edificios del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y de la propia Minustah", comentó Alejandro López-Chicheri, jefe de comunicaciones de esa agencia para América Latina.
Pero los damnificados, que suman unos tres millones, no comprenden: "Sólo sé que en tres días he comido un plato de arroz que tuvo a bien darme una vecina", contó Bobien Ebristout, que ocupa una barraca levantada con cuatro lonas en una colina polvorienta de Peguyville, donde el olor a excrementos lo invade todo.
Esta situación, en parte, ha llevado a que en Puerto Príncipe se repitan con cada vez mayor frecuencia escenas en las que grupos se cuelan en comercios cerrados o almacenes, y arrojan desde el tejado todo tipo de mercancías.
Cientos de jóvenes, muchos armados con barras de hierro o madera, y algunos con cuchillos, ocuparon ayer una importante avenida del centro de la ciudad y forzaron la entrada de varios almacenes de la calle, ninguno de ellos de comestibles.
Muchos de ellos protagonizaron enfrentamientos a golpes y empujones en plena calle por el reparto del botín, pero sin llegar a utilizar sus armas, ante la mirada de numerosos fotógrafos.
Saqueos que quedan en total impunidad, ya que los militares de la ONU que recorren las calles capitalinas pasan por delante sin intervenir, mientras que la policía haitiana dispara al aire sin éxito, según pudo comprobar Efe. Aunque, según Radio Metropole, las autoridades mataron a dos saqueadores.
Y es que además de los damnificados, a la ONU le preocupa la propia seguridad de su personal, algo que ralentiza las operaciones de ayuda.
De hecho, el Consejo de Seguridad de la ONU estudiará hoy en una reunión extraordinaria ampliar el número de tropas de la Minustah, liderada por Brasil, y actualmente integrada por 6.000 cascos azules y 2.200 policías, según el canciller brasileño, Celso Amorim.
Y es que los brotes de violencia, aunque aislados, hacen que "la seguridad" sea "una preocupación", afirmó ayer ante varias cadenas de televisión el subcomandante del Comando Sur de EEUU, el teniente general P.K. Keen.
El restablecimiento de la seguridad es algo que, con la ayuda de Naciones Unidas, requiere "una respuesta rápida", agregó Keen. EEUU tendrá para este lunes 10.000 soldados en la nación caribeña.
Justamente esa presencia militar estadounidense fue criticada ayer por el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien denunció que Washington está "ocupando a Haití" al enviar a "miles de soldados armados como para una guerra".
Esos soldados, según Keen, entregaron el sábado 130.000 raciones de comida y 70.000 botellas de agua potable a los damnificados.
Adicionalmente, el PMA informó de que para el final de este domingo espera haber entregado alimentos a unas 100.000 víctimas en el área de Puerto Príncipe.
También esperanzador fue el anuncio hecho ayer sobre el rescate con vida por parte de un grupo español de Nadine Cardozo, dueña de un hotel de Puerto Príncipe, ciudad donde ya ha sido rastreado un 60% de las zonas afectadas por los 40 equipos que han llegado de todo el mundo.
Cardozo se convirtió en la víctima número 70 en ser salvada de entre los escombros, "un número récord de personas halladas con vida después de un terremoto", dijo a Efe Elizabeth Byrs, portavoz de la oficina humanitaria de la ONU.
Las noticias, lamentablemente, no fueron buenas para la Minustah, después de que este domingo se confirmara el hallazgo de los cadáveres de una abogada chilena y un militar brasileño que trabajaban en Puerto Príncipe para esa misión, con lo que suben a 42 los muertos del organismo.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, que ayer llegó a Haití, donde afirmó que "la destrucción y la pérdida de vidas es sobrecogedora", envió un mensaje a todas las víctimas de que no les olvidarán y harán todo lo posible por asistirles en la recuperación.
Esta es "la crisis humanitaria más grave" ocurrida en décadas, dijo Ban tras sobrevolar Puerto Príncipe, y destacó que quiere aumentar la asistencia a los damnificados además de garantizar la coordinación de las enormes cantidades de ayuda internacional que están llegando al país más pobre de América.
Mensaje que buscará fortalecer el enviado especial de la ONU para Haití, el ex presidente de EEUU Bill Clinton, quien llegará mañana al devastado país antillano con un importante cargamento de asistencia.
Con la mira puesta en lo que vendrá tras estos primeros días y semanas, Préval viajará este lunes a Santo Domingo para asistir a una cita preparatoria de la Cumbre Mundial por Haití, una iniciativa de la comunidad internacional para tratar la reconstrucción de esa nación.
La Unión Europea, en una reunión ministerial extraordinaria que celebrará en Bruselas, también propondrá este lunes la celebración de una conferencia internacional para dar respuesta coordinada a la catástrofe, explicó ayer a Efe la portavoz de la presidencia española de la UE, Cristina Gallach.
A estos esfuerzos se unió Italia, que cancelará la deuda de 40 millones de euros que tiene con ellos Haití como un "primer paso para el comienzo de la reconstrucción" de ese país, anunció hoy el canciller italiano, Franco Frattini.
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