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Las desinversionesde las cajas cambiarán la empresa española

Las ventas de participadas abren la entrada a inversores foráneos

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"Es mejor dejar de tener algo que dejar de existir", decían hace una semana desde una caja de ahorros. Su presente estos días se concentra en la búsqueda de inversores. Un ejercicio que copian las entidades que pretenden prolongar su estatus de caja y las que han decido transformarse en bancos, bien sea en forma de SIP o fusión. Todo está en venta ante la necesidad de capital que exige el nuevo decreto de cajas. Para muchas, la solvencia llegará tirando de cartera. De sus participaciones industriales, claro está. CatalunyaCaixa inició el goteo de desinversiones con la venta del 1,6% que poseía en Repsol por 488 millones de euros, con unas plusvalías de 186 millones.

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Una semana después fue Unicaja, una de las pocas entidades con un core capital (peso del capital sobre el total de sus riesgos) sobradamente por encima del 10%, la que se desprendió de su posición en Abertis. La venta del 0,69% del capital social de la concesionaria le ha reportado 72,6 millones de euros. El Banco Financiero y de Ahorros, que tiene detrás a Caja Madrid y Bancaja, se sumó a la dinámica de ventas al desprenderse del 5% de Enagás. La inyección de capital apenas aliviará su difícil balance, que ya ha recibido 4.464 millones de euros en ayudas públicas.

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"Las cajas están pagando las consecuencias de haber querido jugar a ser bancos ", explica Emilio Navarro, profesor de Finanzas de Esade. De hecho, de la suma de las participadas de todas las cajas, más BBVA y Santander se logra una cesta de activos con posiciones en 16 de las 35 empresas que componen el Ibex35. "Pese al sentido estratégico que pudieran tener las participaciones en empresas cotizadas en el momento de la inversión, serán pocas lasposiciones que no acaben liquidándose", razona Navarro.

Empresas locomotoras de la economía española como Iberia, Iberdrola, Gas Natural, Telefónica, Repsol YPF o Mapfre, además de alguna gran constructora, pueden ver cómo la composición de sus consejos variará en función de las necesidades de las cajas. "Paseo de la Castellana arriba y abajo se están moviendo los inversores, hay muchísima liquidez en el mundo, pero están pidiendo más transparencia", sostenía Luis de Guindos, director del Centro del Sector Financiero de PwC e IE Business School esta pasada semana. No hay duda de que existe el caldo de cultivo propenso para que empresas extranjeras tomen posiciones en algunas de las principales empresasespañolas e intenten cambiar su modelo.

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"Aunque pueda parecer lo contrario, habrá muchos inversores que pretenderán participadas de las cajas que no estén detrás de un gran nombre, como Telefónica, pero que sí les permitan tener una gran capacidad en la gestión", explican desde algunos fondos de inversión. Estas fuentes señalan a las empresas concesionarias de servicios en ciudades y comunidades autónomas en las que las cajas cuentan con el 100% de capital.

Para Enrique Pérez-Hernández, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles, el gran problema puede ser ahogar el mercado con demasiada oferta. "Hay que hacerlo de una forma ordenada para no hacerse daño a sí mismas. Si no continúa Pérez-Hernández aunque se tenga una cartera respetable se puede perder valor". "Si no se hace un calendario escalado, tanto activo en venta puede generar importantes tensiones en la Bolsa", incide Emilio Navarro.

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Lejos del parqué, el cambio de manos accionarial preocupa a los sindicatos. Los trabajadores de algunas participadas del Banco Financiero y de Ahorros ya les han trasladado su preocupación por el futuro de sus puestos de trabajo.

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