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Desnudos a balón parado

El Juventus vence al Real Madrid por 2 goles a 1

ALBERTO CABELLO

El Real Madrid es un organismo en pleno proceso evolutivo. Sus células comienzan a ensamblarse para acercarse al ser imaginado por Pellegrini. El chileno no cuenta con millones de años para completar el proceso, apenas tiene un mes y medio para finalizar la metamorfosis. A estas alturas ya es buena noticia que se adivine buen entendimiento entre algunos pares. En casi todos participa Benzema. El francés parece múltiplo de todos sus compañeros, con todos casa. Remata, se ofrece a la pared, abre a banda. Es de lo más llamativo del nuevo proyecto. No todo es bueno, la primera urgencia llega desde atrás.

El balón parado es veneno. Así ha encajado todos sus goles de verano, y así perdió anoche ante el Juventus. La vecchia signora sorprendió en el arranque. Aprovechó una salida durmiente de los blancos para adelantarse en el marcador con un remate de Cannavaro a una falta sacada por Del Piero. En medio del despiste, un gran pase del eterno 10 juventino casi da el 0-2 para Amauri.

El partido invitó a los italianos a lo que más les apetece: abrigarse atrás. Ya con la pelota, la noria madridista empezó a girar. No hay quietud arriba, los jugadores no están un segundo en reposo. Cristiano Ronaldo y Granero viajan de las bandas hacia el centro, Guti de aquí para allá, Benzema y Raúl son todo toque y desplazamiento. Esta será la fisonomía del Real Madrid esta temporada. Aún se echa de menos un tipo en el centro del campo que maneje la atracción. A Guti se le nota más cómodo dentro de la noria que a los mandos, mientras que los dos Diarra y Gago son puros guardaespaldas.

Con la Juve descaradamente atrás a la espera de una contra llegó una buena maniobra de Raúl dentro del área que provocó el penalti del empate de Cristiano. La mejora blanca coincidió con la aparición el partido de Granero.

El buen sabor del final del primer tiempo lo amargó Del Piero en el comienzo del segundo con un saque de esquina al primer palo. Salihamidzic se adelantó a la defensa para volver a poner a los italianos con ventaja. Lo bueno de este Madrid es que necesita pocos segundos para devolver la bofetada. Un balón a la derecha para Cristiano Ronaldo ya es suficiente. Su disparo lo rebañó Raúl al palo de Buffon.

Hasta que el depósito aguantó y los cambios no rompieron algo del ritmo del partido, los blancos tuvieron sus oportunidades para empatar. Sí, el equipo deja una sensación de crear pocas ocasiones de gol para la cantidad de tiempo de posesión con el que cuenta. Falta un poco más de pegada en los últimos metros. Todavía hay tiempo para corregir estos pequeños desajustes.

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