Este artículo se publicó hace 13 años.
Detenido el hombre armado que retenía a su familia en Pontevedra
La mujer y el hijo del secuestrador permanecieron más de siete horas retenidos junto a una tercera persona. El conflicto podría tener como origen unos cotos de caza.
La Policía ha logrado detener al hombre armado que desde la mañana del lunes mantenía retenidos a su mujer, a su hijo de 12 años y a una tercera persona sin identificar en su domicilio de O Freixo, en Montecelo (Pontevedra).
Agustín V.R., cazador de unos 40 años de edad con licencia de armas, se ha entregado de manera voluntaria sin que se produjeran daños personales, siete horas y medio después de que se montara un amplio dispositivo policial en los exteriores de la casa. Durante la operación policial un negociador trató de convencerlo para que depusiera su actitud, aunque inicialmente no consiguió su objetivo.
Ahora, este dueño de un taller ha sido trasladado a dependencias policiales por la unidad del grupo de operaciones especiales de la Policía Nacional que se había instalado en los exteriores de su domicilio.
Durante el tiempo que se prolongó la negociación, el secuestrador realizó varias llamadas telefónicas a personas situadas fuera del perímetro de seguridad establecido por la Policía. Una de ellas se realizó a la mujer del que podría ser la tercera persona retenida en la casa, el jefe de la esposa de Agustín, según han informado los vecinos. La mujer ha asegurado que por la mañana Agustín había contactado con ella y había amenazado con suicidarse, por lo que pidió a su marido que se acercase a la vivienda familiar, donde supuestamente habría sido retenido.
Además, un vecino del detenido, proveedor de piezas del taller en el que trabajaba el secuestrador, ha informado de que a primera hora de la mañana también contactó telefónicamente con Agustín y que este "decía frases inconexas". Según el conocido, durante una conversación de trabajo se percató de que algo extraño le sucedía a su interlocutor porque le empezó a decir que "se iba a pegar un tiro", que sus padres estaban enfermos y que le habían robado un perro.
Aunque las causas del incidente no están claras, la mujer que habló durante la mañana con Agustín ha señalado que podría tratarse de un conflicto originado por unos cotos de caza.
Una decena de vecinos y familiares han seguido desde lejos el desarrollo de los hechos hasta la resolución, con signos evidentes de preocupación durante las primeras horas y con algo menos de agitación durante las últimas.
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