Este artículo se publicó hace 15 años.
Detenidos dos informáticos de la empresa de Bernard Madoff
Dos informáticos que trabajaban con el financiero Bernard Madoff fueron detenidos hoy acusados de colaborar en la mayor estafa financiera de la historia, una implicación que podría suponerles treinta años de prisión.
El fiscal federal del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara, informó hoy de que Jerome O'Hara y George Pérez, de 46 y 43 años, respectivamente, se encontraban en sus respectivas viviendas cuando a primera hora de la mañana fueron a detenerlos agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Ambos están acusados de conspiración y falsificación contable de documentos para ayudar a Madoff a crear y desarrollar durante dos décadas una fraudulenta estructura financiera piramidal con la que conseguía atraer enormes cantidades de dinero con la falsa promesa de invertirlo y obtener importantes rentabilidades.
En realidad lo que hacía Madoff a través de su firma de inversión era pagar los intereses prometidos a sus clientes con los nuevos fondos que iba recaudando, hasta que éstos dejaron de llegar a raíz de la crisis financiera y de la escasez de liquidez, lo que provocó el derrumbe de una pirámide que ha sido cifrada en unos 65.000 millones de dólares.
Los programadores detenidos hoy, O'Hara y Pérez, empezaron a trabajar para Madoff en 1990 y 1991, respectivamente, y se encargaban de desarrollar y mantener los programas informáticos que usaba la empresa, que, por el hecho de ser una correduría y firma de inversión, estaba obligada a mantener un registro detallado de sus operaciones.
Según detalló el fiscal en un comunicado, entre 2004 y 2008, la compañía fue objeto de al menos cinco revisiones por parte de la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) y de una firma de contabilidad europea.
"Como parte de los esfuerzos de Madoff y (su director financiero) Frank Dipascali para engañar a la SEC y a la firma europea, O'Hara y Pérez desarrollaron y mantuvieron programas informáticos que generaban numerosos registros contables falsos y fraudulentos", explicó.
Como ejemplos, apuntó que los programas cambiaban los nombres de los titulares de las cuentas para que fuera más sencillo explicar ciertos detalles a la SEC y modificaban números de acciones compradas, horas de ejecución de operaciones bursátiles y cantidad de transacciones por medio de "algoritmos aleatorios".
Además, se generaban falsas notificaciones de operaciones que no se habían realizado, informes mensuales que no eran ciertos y toda una serie de documentos -que podían ser alterados arbitrariamente por algunos de los empleados de la firma- destinados a engañar a los supervisores.
Según Bharara, ambos sabían lo que hacían y eran conscientes de que con su ayuda se estaba generando falsa información.
"En abril de 2006, ambos cerraron sus propias cuentas de asesoramiento de inversión para retirar cientos de miles de dólares cada uno", explicó Bharara, quien también apuntó que cuatro o cinco meses más tarde le dijeron a Madoff que no mentirían más por él.
En unas cartas escritas a mano encontradas por el FBI en la mesa de trabajo de O'Hara se puede leer: "No voy a mentir más. La próxima vez diré que se lo pida a Frank", presumiblemente refiriéndose a Dipascali.
"Después, Madoff dijo a Dipascali que pagara a O'Hara y Pérez lo que quisieran para mantenerlos contentos. Ambos recibieron un aumento salarial del 25% y un bono de unos 60.000 dólares", relató Bharara.
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