Este artículo se publicó hace 16 años.
El último día de Allende, a través del testimonio de sus colaboradores
Óscar Soto, médico personal del que fuera presidente de Chile Salvador Allende, recompone en un libro el último día en la vida del mandatario a través del testimonio de veinte de sus colaboradores, que presenciaron y sobrevivieron al bombardeo del Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973.
En una entrevista con EFE en Madrid, donde presenta estos días su obra titulada "El último día de Salvador Allende", el autor confesó que la idea de escribir el libro siempre estuvo en su cabeza, aunque no pudo empezar a trabajar en su elaboración hasta 1987, año en el que regresó a Chile después del exilio.
"Sabía que si aquel día me había salvado por casualidad, que no por valentía, yo tenía una responsabilidad histórica. Tenía que dejar escrito lo que ocurrió para que no hubiera otras interpretaciones", dijo.
Soto, cardiólogo de profesión, fue testigo de excepción del gobierno del Partido Popular chileno, y como tal ha querido elaborar un cuaderno de testimonios, en el que sus protagonistas rememoran, años después, las últimas horas de mandato del presidente Allende.
"En el Palacio de la Moneda llegaron a haber en el momento del bombardeo aéreo 58 civiles. De ellos 27 murieron allí o pocas horas o días después", recordó el autor.
La obra recoge el testimonio de 20 personas vivas que estaban exiliados en Suecia, Estados Unidos, Venezuela, "o como en mi caso, en España".
"Comencé a recopilar el material a partir del año 1987, cuando pude volver a Chile tras el exilio. Nos reunimos todo el grupo y comencé a escribirlo como un homenaje, no a los que estamos vivos, sino a aquellos que murieron", explicó.
Soto comparte "una estrecha amistad" con todos los protagonistas de su libro, con los que se reúne cada que vez que viaja a Chile.
"Estaban de acuerdo y muy contentos con la idea de escribirlo, y ahora lo siguen estando", apuntó.
Recuerda aquel día, el último de Salvador Allende, como una jornada "dramática", en la que el mandatario fue consciente de lo que podía ocurrir a medida que iba perdiendo apoyos.
"Entonces trató de salvar la vida de los que estaban allí, de las mujeres y de los civiles que no tenían funciones específicas que cumplir. Luego vino el bombardeo", indicó.
Desde su privilegiada posición de médico personal, Soto tuvo la oportunidad de conocer muy de cerca al presidente chileno, al que describe como "afable y cordial" en la vida privada, a pesar de parecer "serio y cortante" como político.
"Era una persona muy bromista y consecuente, lo que decía lo hacía. Era un hombre al que le gustaba la vida", recordó.
Asegura que si Salvador Allende viviera no compartiría algunas cosas del Chile actual.
"No le hubiera gustado, por ejemplo que el agua, la energía o las comunicaciones estuvieran en manos privadas. Pero no era un estadista rígido, era un hombre de su tiempo, así que, en general, hubiera estado contento con la evolución que ha experimentado su país", concluyó.
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