Este artículo se publicó hace 15 años.
De día arregla váteres, de noche hace canciones
Tim Elsenburg, técnico de mantenimiento, opta hoy al Premio Mercury británico
"Cuando mi manager me llamó para darme la noticia estaba arreglando la tapa de un váter. Imagínate la situación". Quién habla es Tim Elsenburg, cantante y compositor del trío inglés Sweet Billy Pilgrim. La noticia: la nominación alMercury Music Prize, el Nobel de la música británica, por su disco Twice born men (Samadhisound / Galileo, 2009).
Si esta noche lo gana, los días de Elsenburg como técnico de mantenimiento de un edificio de oficinas están contados. Sólo hay que echar un vistazo a los galardonados en anteriores ediciones: Primal Scream, PJ Harvey, Antony & The Johnsons, Arctic Monkeys, Franz Ferdinand... Él, sin embargo, no está tan convencido: "Estar nominado al Premio Mercury no se traduce automáticamente en que vayas a vender muchos más discos. Por supuesto que me gustaría dedicarme sólo a la música y espero hacerlo en los próximos meses. Pero creo que más allá de la repercusión del premio, me ayudará el hecho de haber empezado a hacer música para anuncios".
Cuatro horas de sueñoDe día pinta paredes, encarga fotocopias, arregla cables y revisa sistemas de aire acondicionado. De noche, hace canciones. La táctica de Elsenburg para sostener esta doble vida es sencilla: "Duermo poco". Además, tiene que lidiar con dos hijos pequeños. "Cuando se duermen, me meto en el cobertizo del jardín, donde tengo el estudio, y ahí trabajo. Estoy hasta la una y media o las dos. Luego me levanto a las cinco y media, cojo la furgoneta y voy a trabajar. Es muy cansado. Por eso he tardado tres años en hacer el disco", confiesa el músico.
"Escucho música en casi todas las cosas. En el disco he metido el sonido de un lavavajillas"
Elsenburg dice rotundo que su trabajo no le gusta, que "nunca pasa nada interesante", aunque luego reconoce que es una de sus fuentes de inspiración: "En mis canciones vuelco sentimientos de frustración y rabia que vienen de mi trabajo". Además, la noticia ha sido todo un acontecimiento en la grisácea rutina de la oficina: "Se han alegrado mucho por mí y me han apoyado. Incluso me dan días libres para hacer entrevistas", afirma el músico.
Lo raro es que todavía no haya grabado el sonido de la cadena del váter en uno de sus discos, como ya ha hecho con otros útiles mecánicos o electrónicos: "Escucho música en casi todas las cosas. En el disco he metido el sonido de un lavavajillas y ahora acabo de grabar el ruido de los limpiaparabrisas del coche. Lo grabé con el móvil, todo muy casero", explica el británico.
El Premio Mercury sólo tiene una categoría: Mejor Álbum del Año en Reino Unido e Irlanda. Aunque este año no hay vacas sagradas entre los candidatos, sus rivales no se lo van a poner fácil. Entre ellos, el magnífico segundo disco de The Horrors, el exitoso debut de Glasvegas o promesas femeninas más (Bat for Lashes) o menos(La Roux) convincentes. El resultado se da a conocer hoy en Londres.
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