Al menos 18 personas murieron el viernes, 40 resultaron heridas y otras 20 estaban desaparecidas tras las fuertes lluvias registradas en Sicilia, que han destruido casas e inundado carreteras en la zona en torno a Messina, donde los servicios de rescate trataban de retirar el barro para encontrar supervivientes.

Algunas personas se refugiaron en los tejados de sus casas y fueron llevadas a lugar seguro en helicóptero. Un hombre murió al quedar atrapado en su vehículo cuando éste fue arrastrado por un torrente de agua, y otro sobrevivió al subirse al techo de su coche, que quedó sumergido.

"Iba conduciendo a casa cuando de repente todo esto se me vino encima y me pilló de lleno. Me las apañé para subir al techo del coche. Fue un experiencia terrible", dijo el superviviente, todavía cubierto de barro, a los medios locales.

El alcalde de Messina, Giuseppe Buzzanca, dijo que la ciudad se vio aislada por la lluvia y el barro, que bloqueó las carreteras y cubrió las líneas férreas, por lo que los heridos tuvieron que ser trasladados por mar. El primer edil instó a médicos, enfermeras y voluntarios a acudir a la zona afectada para ayudar.

El Gobierno decretó el estado de emergencia como consecuencia de las lluvias, que comenzaron el jueves y crecieron en intensidad durante la noche.

El jefe de los servicios de rescate, Guido Bertolaso, dijo que el impacto de la lluvia y del barro se hizo peor por el elevado número de edificaciones irregulares, que son muy comunes en el sur de Italia.

"Una casa estaba construida en la orilla de un río. Así que, ¿qué deberíamos esperar? El agua sigue su curso, y si las casas no se construyen donde se debe, éste es el resultado".

El grupo ecologista Legambiente dijo que la isla está "pagando un precio muy elevado por destruir la tierra con bloques de cemento enormes y sin regular".

Está previsto que Messina sea la sede de uno de los extremos del polémico puente que unirá la Italia continental con la isla mediterránea, un proyecto valorado en 10.000 millones de euros que el Gobierno dice que estará completado en 2016.

El presidente de la República, Giorgio Napolitano, pidió "un plan serio de inversiones que aumente la seguridad, en lugar de grandiosas obras públicas, en esta parte del país, o si no volverán a ocurrir tragedias como ésta".