Este artículo se publicó hace 17 años.
Las dietas milagro: una fábrica de kilos
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria quiere acordar con las revistas que dejen de anunciar regímenes nocivos para la salud
Adelgace en poco tiempo y sin pasar hambre. Es una suculenta promesa para los más de 22 millones de personas –más de la mitad de la población española– que tienen sobrepeso. Este tipo de dietas son esperanzadoras, pero peligrosas. Perder kilos en cuestión de semanas y sin apenas esfuerzo conlleva serios problemas de salud tan graves como la anorexia o la bulimia.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, firmará un convenio con la asociación de revistas para que las informaciones que publiquen sobre regímenes sean adecuadas. El lunes, el Consejo del Audiovisual de Cataluña hizo una llamada a las televisiones para que en horario infantil (de 6 a 22 horas) no incluyan publicidad de productos destinados a perder peso, ya que se puede confundir a los menores.
Sanidad instará a las comunidades a que investiguen a las clínicas de estética
La AESAN también prevé establecer en el plazo de un año un protocolo de colaboración con las comunidades autónomas para que investiguen las clínicas susceptibles de camuflar las falsas dietas milagrosas. Al tratarse de centros privados, las competencias las tiene la administración autonómica. En el mes de julio, la Agencia de Seguridad Alimentaria publicó una lista inicial con seis dietas que presentan “riesgo para la salud” y luego la amplió hasta ocho. Todas tienen en común que prometen adelgazar hasta cinco kilos en un mes sin esfuerzo y aseguran que no conllevan ningún riesgo para la salud.
La lista negra de los regímenes es un primer paso para combatir malos hábitos alimentarios, pero la AESAN reconoce que las clínicas pueden camuflar bajo otros nombres las mismas dietas que ellos denuncian. Por ejemplo, uno de los regímenes que está más de moda es el Test de Alcat, un análisis de sangre cuyo precio medio ronda los 600 euros y que, según defienden quienes lo realizan, determina los alimentos que más engordan a cada persona. Esta dieta, sin ningún tipo de base científica, forma parte de la lista que hizo pública Sanidad, pero no siempre responde al nombre de Test de Alcat. Existen clínicas privadas de adelgazamiento que la ofertan como Test de alimentos. Según explican a sus clientes potenciales, se trata de “una analítica que determina qué alimentos son los que se pueden comer porque no engordan, y los que es mejor evitar”. Otras clínicas llaman a esta misma dieta “análisis de intolerancia alimentaria”.
El presidente de la AESAN, Félix Lobo, reconoce que “en el problema de la dietas milagro, también entra en juego el intrusismo profesional”. La Organización Médica Colegial también se muestra interesada en perseguir este fraude. Todas estas iniciativas forman parte de la estrategia NAOS, que desde hace dos años lucha contra la obesidad y para garantizar la salud de los ciudadanos.
Encadenar dietas milagro puede derivar en obesidad, bulimia y anorexia
Con el fin del verano, la obsesión por tener una figura escultural se diluye, pero el michelín también se nota bajo el abrigo. Internet recoge 31.500.000 entradas a la búsqueda ‘dieta’, y las vallas publicitarias con cuerpos esbeltos anunciando recetas fáciles y eficaces forman parte del mobiliario urbano. La lista negra de dietas que publicó la AESAN, a la que se tiene acceso desde la web del Ministerio, ha recibido casi 40.000 visitas desde que se publicó, el pasado 2 de julio. Además, este organismo recibe una decena de correos electrónicos al día solicitando información sobre regímenes.
“Estoy aburrida de vivir así. No puedo controlar los atracones (…). No quiero suicidarme pero ya mi vida se salió de control”. Así se siente Daniela Espinoza, de 15 años, una de los casi 500 usuarios de un exitoso foro en Internet sobre dietas para adelgazar. A trastornos psicológicos como éste se refiere la AESAN cuando alerta de que las dietas milagrosas, aquéllas que permiten perder más de cinco kilos en un mes sin apenas esfuerzo, constituyen un riesgo para la salud.
“Estas dietas no consiguen su objetivo porque aunque se adelgaza a corto plazo, luego derivan en un efecto rebote y no sólo se recupera el peso anterior, sino que incluso se tiende a superarlo”, denuncia el presidente de la AESAN, Félix Lobo. “Cuando se adelgaza rápido, en lugar de perder grasa, perdemos masa muscular. Y cuando la dieta se abandona, el equilibrio entre grasa y masa muscular es peor que al principio, por lo que se tiende a ser más obeso”, explica.
Los riesgos de la dieta milagrosa
Efecto rebote, ansiedad que deriva en obesidad, problemas cardiovasculares y renales, malnutrición, osteoporosis, hipertensión, anemias, halitosis, infertilidad, bulimia, anorexia... La lista de efectos secundarios de las llamadas dietas milagrosas es extensa, según explica Susana Monereo, responsable de endocrinología y nutrición del Hospital Universitario de Getafe. “Las dietas erróneas provocan malnutrición de aparición inmediata o tardía. Lo peligroso es que aparecen síntomas al cabo de los años que no se identifican con la dieta”, alerta.Otro ejemplo: Miguel Sierra, madrileño de 27 años, perdió ocho kilos (pesaba 124) en dos meses gracias a la dieta de una conocidísima cadena. Hasta que, según denuncia, los complementos alimenticios que iban unidos al régimen le provocaron “una diarrea de dos semanas”.
Dejó la dieta porque además de que le “sentaba mal, me sacaban la pasta”, critica. Ha pasado un mes. Miguel ha aprendido la lección y ahora hace justo lo que los dietistas y nutricionistas aconsejan: “Evito comer mucho, aunque como de todo. De momento, quiero mantenerme en este peso, sé que nunca podré adelgazar hasta 80, que sería como yo tendría una figura normal”. Miguel hace exactamente lo que le dice la doctora Susana Monereo, que le atiende de forma gratuita, a través de la Seguridad Social.
Cambiar los hábitos
“No sabemos cuánta gente hace dieta en España. Pero sí que en las consultas de endocrinología de los hospitales, los casos de personas que han hecho dietas que les han ocasionado problemas de salud son más frecuentes y más preocupantes”, explica Félix Lobo.El presidente de la AESAN sostiene que este problema no es nuevo, aunque ahora está más extendido y es más visible: “Es un problema importante desde hace unos 20 años, pero nadie le había metido mano”. Lobo reconoce que luchar contra la obesidad es “muy complicado”.
La web con la lista negra del Ministerio ha recibido casi 40.000 visitas en tres meses
“La obesidad es una enfermedad por sí misma y un gravísimo factor de riesgo para todas las demás”, explica Susana Monereo. Por su consulta, pasan a diario decenas de pacientes que aseguran sentirse mal después de haber seguido una dieta. Todos piden a la endocrinóloga lo mismo: “Quiero aprender a comer bien”.
Monereo relata que los casos más frecuentes son aquellos pacientes en que la obesidad se ha hecho resistente y “han acabado como obesos mórbidos” porque han ido encadenando dietas como las que ahora denuncia la AESAN, explica la endocrinóloga, que prefiere referirse a ellas como “dietas timo”.El médico de cabecera se preocupa
La lucha que el Gobierno, a través de la estrategia NAOS, lleva a cabo contra la obesidad, ha hecho que los médicos de atención primaria dediquen “más esfuerzos al problema”.“No es que haya cambiado radicalmente nuestro trabajo del día a día, pero quizá sí estamos más concienciados”, explica José Javier Mediavilla, encargado del grupo de trabajo de endocrinología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, Semergen.
El vicesecretario de la Organización Médica Colegial (OMC), Francisco Toquero, sí establece una relación de causa efecto entre el aumento del número de obesos, el mayor grado de concienciación social respecto este problema y el “aumento de pacientes que reclaman un tratamiento dietético”.
Consciente de la nueva tendencia, la AESAN ha elaborado protocolos para ayudar a los médicos de cabecera a tratar la obesidad, con la ayuda de la OMC. Aunque, según José Javier Mediavilla, de Semergen, el problema al que se enfrentan los médicos de cabecera no es precisamente la falta de formación: “Nos desanimamos porque no obtenemos los resultados que desearíamos. Por eso, un pequeño logro para nosotros es muy importante. El problema de la obesidad es más que una lucha profesional. Es una lucha de la sociedad en general”, concluyó.
CÓMO IDENTIFICAR UN RÉGIMEN PELIGROSO
- Promete perder peso rápidamente: más de 5 kg por mes.
- Anuncian que se puede llevar sin esfuerzo, sin pasar hambre.
- Se suelen promocionar como completamente seguras, sin riesgo para la salud.
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