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"Los diez millones de griegos hemos robado al Estado"

Theodoros Pangalos. Vicepresidente de Grecia. Socialista de la vieja escuela, cree que el clientelismo político ha llevado al país al borde de la bancarrota y pide a sus ciudadanos que asuman responsabilidades

BELÉN CARREÑO

En el rostro de Theodoros Pangalos (Eulesina, Grecia, 1938) está escrita la convulsa historia de Grecia en las últimas 48 horas previas a la realización de esta entrevista, el pasado viernes por la tarde. Su expresión extremadamente cansada revela la tensión de sacar adelante el severo plan de ajuste. La oposición no ha estado sólo en la calle, donde la violencia se cobró tres muertos en la masiva manifestación del miércoles. También ha estado en su propio partido, donde tres diputados fueron expulsados por no votar a favor del plan, y en sus creencias.

¿Qué le diría a los escépticos con el éxito del plan de ajuste?

Entendemos que hay un problema de credibilidad porque el Ejecutivo anterior falseó las estadísticas. Pero el Gobierno va a cambiar la estructura del Estado. Luchamos contra el clientelismo político, que ha creado el déficit mediante un sector público sobredimensionado. Cambiaremos las estructuras fundamentales como el sistema electoral o la administración local. Esto es una prueba. Las antiguas estructuras eran tan poderosas que Grecia fue conducida al borde del desastre por un gobierno de derechas que dobló los salarios de los funcionarios e incrementó en un 50% su número. Además, vamos a ser controlados por el FMI. Así que no se debe poner en duda que vamos a cumplir. La cuestión es que somos muy débiles porque hemos pecado [ríe]. Pero en nuestro castigo también ha influido que los especuladores internacionales están atacando al euro. Y mediante el euro, atacan el corazón de Europa.

¿Están los países en riesgo preparando una estrategia común?

El primer ministro, Yorgos Papandreu, está constantemente hablando con Zapatero. Nuestros partidos son muy cercanos. En mi opinión, la forma en la que hemos respondido ha sido decisiva. Otros gobiernos adoptaron la actitud de 'esperar a ver qué pasa', un paso adelante y dos atrás, y no ha sido bueno para el euro.

La aprobación del plan, ¿no es una victoria para los especuladores?

Es una derrota para la especulación. A los especuladores no les gustan las finanzas públicas.

¿Y no está tardando demasiado Europa en frenar la especulación?

Diría que no ha respondido lo suficientemente pronto. Nosotros pagamos el precio. Algunos Gobiernos pensaron que ellos también podían ganar algo mediante sus bancos centrales con los cambios de divisas y los tipos de interés. Pero en Europa nos necesitamos los unos a los otros. Necesitamos a los que tienen déficit, pero también a los que tienen superávit. A los que tienen crecimiento y a los que se quedaron atrás. Sin solidaridad, la gente no va a entender por qué nos molestamos tanto en crear la Unión Europea y el euro.

Usted ha sido muy duro con la actitud de Alemania...

Había un ambiente en Alemania difícil de entender. Se oían comentarios racistas sobre la gente del sur. Que si nos gusta beber, bailar y hacer el amor. Estoy absolutamente a favor de estas prácticas, están en la felicidad del ser humano. ¿Qué clase de político no quiere la felicidad de la gente? Pero la idea del sur dependiendo de alguna forma del norte por ser inferiores es falsa. Si miras la productividad del sector privado en Grecia está por encima de la media. El problema es el sector público, donde no se trabaja. Es un problema político, no un problema del clima o de cómo hacemos el amor. Estoy segura de que en España entienden esto. Así que le recordé a la opinión pública alemana que este país era muy avanzado en 1939, cuando llegó una guerra que nadie pidió y en la que fuimos sistemáticamente destruidos. Alemania es un gran país pero su clase política y sus medios de comunicación tienen que ser más responsables.

¿Cuál fue la propuesta del FMI más difícil de asumir?

El paquete de medidas del fondo es muy difícil de asumir. Pero, ¿qué propuesta del FMI deberíamos haber rechazado por ir contra los intereses nacionales en el largo plazo? Ninguna.

¿Cómo lucharán contra la crisis que creará el propio plan?

Vamos a promover y facilitar la inversión privada, simplificando procedimientos, aboliendo la burocracia inútil. Y estamos buscando inversión también fuera de Europa. Hasta ahora, la iniciativa privada en este país no era bien recibida por la burocracia que nosotros mismos establecimos. Es muy extraño que sea un partido socialista el que tenga que reformar esto, pero tenemos que hacerlo. Porque, al final, el socialismo está interesado en la felicidad y en el progreso de la gente.

Como socialista, ¿tuvo que cerrar los ojos al votar el plan?

No estoy feliz por haber bajado el salario de los trabajadores del sector público.

¿En algún momento pensaron abandonar el euro aunque fuera de forma temporal?

De ninguna manera, eso es una terrible mentira. Sería entrar en el juego de los especuladores. Quieren que todo colapse. Pero no les dejaremos vencer. Serán castigados algún día y se arrepentirán de estas operaciones.

La gente quiere ver a los culpables en la cárcel.

La gente está muy enfadada pero hay que respetar los procedimientos. En los casos en los que se ha malversado dinero público, seremos muy duros. Pero no tenemos una política de venganza, es imposible en un país de Derecho.

¿Y qué va a pasar con la corrupción? La sociedad griega está dolida con la clase política.

No creo que los políticos estén corrompidos. Lo que sucede es que la gente no entiende que todos juntos, mediante el sistema político, todos nosotros creamos este agujero en el Estado. Todos juntos robamos al Estado, diez millones de griegos le han robado, gastando más de lo que podíamos ganar. Eso es lo que a la gente no le gusta y buscan chivos expiatorios. ¿Por qué los ciudadanos votan a políticos corruptos? Esta es la cuestión que nadie plantea. ¿Cómo llegan entonces a ser miembros del Parlamento? Hay grupos de interés que promueven esto, mediante medios de comunicación. Hay varios Berlusconópulos en este país contra los que luchar porque no son democráticos.

¿Cómo harán que paguen sus impuestos?

¡Es muy difícil! Pero ahí está la cuestión. El déficit es de 130.000 millones de euros. Y la gente dice que han sido los políticos. Es imposible tener un déficit de este tamaño sólo por la corrupción política. Esto es no darse cuenta de cómo el sistema ha corrompido toda la sociedad. Hay 700.000 empresas que emplean a menos de cinco personas que son el núcleo de los negocios y también responsables de las cosas que pasan, positivas o negativas.

Y no hay una mezcla de ambas cosas, ¿corrupción política y evasión de impuestos?

No. La historia del Estado de Grecia es una historia de enorme éxito. Nosotros éramos la provincia más pobre del Imperio Otomano. A la hermana de la abuela de mi mujer la secuestró un oficial turco llevándola de los pelos a lomos de su caballo. Sólo hace tres generaciones de eso. Los griegos eran esclavos, y esa gente bajó de las montañas como los animales y creó una sociedad que pertenece al corazón de la Unión Europea. ¿Cómo lo hicieron? A través del Estado. De los profesores, de la policía, de los instrumentos fundamentales del Estado. Es una historia de éxito. El problema es que a alguna gente no le gusta el Estado, quieren estar en la jungla y ser los leones de la sociedad.

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