Este artículo se publicó hace 17 años.
Un discípulo de Arzak y Adriá hace las delicias de la elite de Malasia
El chef Kevin Cherkas, que se formó con los españoles Juan Mari Arzak y Ferran Adriá, hace las delicias de la elite de Malasia con unos platos que combinan los secretos de las grandes cocinas del mundo.
Cherkas, canadiense de 29 años, ha diseñado un refinado menú para el restaurante "Lafite", en Kuala Lumpur, que contiene claves tradicionales que salen al encuentro de la cocina moderna en culturas gastronómicas como la china, india, española, mexicana o japonesa.
"Traemos los productos de diversas partes del mundo para elaborar nuestro menú, que incluye diez platos principales, quince entrantes, diez tipos de tapa y seis postres, así como vinos de todo el mundo. España tiene una gran influencia en nuestros platos", explicó a Efe Cherkas.
Calificó de "gran atrevimiento" preparar el mole mexicano en Kuala Lumpur, si bien la lista de espera del restaurante confirma el éxito de la "mágica receta de Puebla, que mezcla chile con chocolate en uno de los más espectaculares triunfos de la gran cocina mexicana".
"Hace unos días -agregó- estuvo aquí el embajador de México, Jorge Alberto Lozoya, comiendo con el embajador de España, Germán Bejarano. Les combiné el mole con patatas bravas y creo que se fueron satisfechos porque siguen viniendo".
Cherkas, uno de los cocineros de moda en el Sudeste Asiático, descubrió su interés por la cocina desde muy pequeño y, con 23 años, ya trabajaba en el célebre restaurante Daniel de Nueva York.
Más adelante, pasó una temporada a España, donde se formó con los cocineros Juan Mari Arzak, en San Sebastián, y Ferran Adriá, en su restaurante "El Bulli", en Roses (Girona).
"El privilegio de trabajar cerca de Arzak y de El Bulli cambió mi vida, con ellos aprendí que la gastronomía es un arte renovador y progresivo situada en la vanguardia de la globalización", aseveró el chef.
"Se trata -añadió- de descubrir nuevos ingredientes y nuevas técnicas, combinando las tradiciones de las mejores cocinas del mundo".
En la cocina del Lafite, cuya lista de espera refleja el éxito de este cocinero canadiense, reza el letrero "Creatividad es no copiar", que define la originalidad de un menú con influencias varias y un estilo personal.
Cherkas ha recibido algunos de los más preciados premios de la gastronomía internacional, como la medalla de oro de los Rotisseurs, el Gran Premio Chicago o tres medallas de oro de la asociación de chefs de British Columbia.
"En España confirmé algo que ya había yo percibido entre los maravillosos cocineros mexicanos de Nueva York, que los latinos comen con alegría, gran emoción y siempre caliente", apostilló.
Lafite, cuya elaborada decoración fue creada por el diseñador internacional Adam Tihany, parece adaptar su atmósfera sobria y relajada con la sutileza visual con la que Cherkas presenta sus platos.
"Los sabores entran no sólo por el gusto, los ojos tienen mucho que ver. Esto lo he confirmado por ejemplo en la manera de presentar el pescado y los mariscos que caracteriza a la alta cocina de Perú y Ecuador", manifestó Cherkas.
"En una memorable comida en Mazatlán, México -recordó-, no podía dejar de admirar la rotunda certeza con la que una sonriente cocinera me sirvió un ceviche monumental".
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