Este artículo se publicó hace 15 años.
Las discográficas esperan que Vevo.com sea la próxima MTV
En un vídeo granulado en blanco y negro, similar a las imágenes de una cámara de seguridad, se puede ver al musculoso rapero 50 Cent destrozando decenas de televisores con un bate de béisbol.
Este vídeo de mensaje poco sutil es parte de una campaña publicitaria de Universal Music Group, filial de Vivendi, y Sony Music Entertainment, dos gigantes de la música que esperan que su nueva página web, Vevo.com, acabe finalmente con la idea de que la televisión es el destino natural de los mejores vídeos.
Vevo, que se lanzó el martes, ofrece música tanto de Universal como de Sony, así como de EMI Music, y contiene programas de las emisoras de CBS y de Last.fm, propiedad ambas de CBS. En total, hay unos 30.000 vídeos disponibles.
La idea es crear una MTV para la era digital con un modelo de negocio similar a Hulu, la popular página de cine y televisión.
El debut de Vevo llega en un momento en el que las discográficas pierden ingresos y beneficios con rapidez debido al impacto combinado del descenso de ventas de CD, la piratería en Internet y métodos nuevos con los que los aficionados encuentran música.
MTV Networks, propiedad de Viacom, ya no está considerada como el lugar principal para ver vídeos musicales, y aunque YouTube, propiedad de Google, ha sido una importante herramienta de descubrimiento musical para las discográficas, no ha conseguido atraer la parte del león de la publicidad.
Vevo espera cambiar eso gracias al alto valor de producción de sus vídeos y la calidad de los artistas que salen en ella. La página se ha lanzado con el respaldo de casi 20 nuevos acuerdos publicitarios, con nombres como Colgate-Palmolive, MasterCard, McDonald's, y AT&T.
Estos anunciantes pagarán casi las tarifas máximas de entre 20 y 45 dólares por cada 1.000 visiones de una página, dijo el consejero delegado de Vevo, Rio Caraeff, en una entrevista.
CAMBIANDO EL TONO
Las discográficas y sus socios tecnológicos están empezando a aprovechar la idea de que los aficionados están dispuestos a pagar por acceder a una página o que permitirán anuncios dirigidos a cambio de poder ver y oír sus canciones favoritas. Ya no es tan importante poseer la música, ya sea en formato físico o en archivo digital: ese es el pensamiento mayoritario.
Un ejemplo es la compra la semana pasada de Lala, un servicio digital de música que pone canciones en una variedad de sitios, por parte de iTunes Music Store, de Apple. Esto sorprendió a muchos observadores de la empresa porque iTunes domina con facilidad el mercado de la música minorista en Internet, con alrededor del 70 por ciento del mercado estadounidense.
Apple no suele comprar empresas tecnológicas, sino que prefiere desarrollar sus propios programas para que encajen en el universo Apple.
"La música social y otros servicios en directo han cambiado el impulso de la música digital, apartándolo de las descargas", explicó Mark Mulligan, analista en Forrester Research.
A servicios como la europea Spotify, MySpace Music, de News Corporation, y YouTube les ha ido bien por la facilidad con la que los aficionados pueden encontrar sus canciones favoritas. El reto es hacer que el modelo funcione. Spotify retrasó su lanzamiento en EEUU al próximo año porque todavía está trabajando en un acuerdo con las discográficas.
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