Este artículo se publicó hace 15 años.
Disminuyen las opciones de hallar supervivientes en Indonesia
Los equipos de rescate en la ciudad indonesia de Padang revisaban el domingo los escombros en un desesperado intento por hallar más supervivientes de un devastador terremoto ocurrido hace cuatro días, pero sólo estaban encontrando cadáveres.
Los socorristas también han acudido al interior de la isla de Sumatra, descubriendo aldeas completas destruidas por derrumbes y sobrevivientes sin hogar desesperados por comida, agua y refugio.
"Soy el único que quedó", dijo Zulfahmi, de 39 años. "Mi hijo, mi esposa, mi suegra, todos desaparecieron. Ellos están bajo tierra ahora", agregó.
El hombre recibía la visita de 36 familiares cuando el seísmo provocó un derrumbe en su aldea de Kapalo Koto, cerca de Pariaman, a unos 40 kilómetros al norte de Padang.
La ministra de Salud de Indonesia, Siti Fadillah Supari, dijo a Reuters por teléfono que el Gobierno estima que la cifra de muertos podría llegar a 3.000, agregando que la sanidad se está convirtiendo en una preocupación, especialmente en Padang, donde el hedor a descomposición sale de los edificios derrumbados.
"Estamos intentando sacar a gente desde los escombros, vivos o muertos, estamos intentando ayudar a los sobrevivientes para que permanezcan vivos. Ahora nos estamos concentrando en minimizar la muertes después del terremoto", declaró.
En Padang, una ciudad universitaria de 900.000 habitantes, socorristas aún inspeccionaban los edificios derrumbados para buscar a personas sepultadas, las que podrían llegar a ser miles, pero dijeron que la posibilidad de hallar a gente con vida era baja.
"Estamos haciendo las revisiones finales antes de que podamos declarar que la fase de rescate terminó. Cremos que es el fin de la fase de planes de rescate", dijo el socorrista británico Peter Old, de Rapid UK.
"Hay muy pocas opciones de hallar gente viva. Es el comienzo del fin del trabajo de rescate", agregó.
También disminuían las esperanzas de hallar sobrevivientes en las ruinas del Hotel Ambacang, de la era colonial holandesa, un pueblo famoso en todo el país por su cocina picante y los curvados techos de las propiedades.
Una persona que se cree que está atrapada en el edificio, donde una firma de seguros realizaba un seminario, envió a casa un mensaje de texto el viernes a un familiar para decir que había ocho personas vivas entre las ruinas.
Socorristas, que incluyen a un equipo suizo y perros de rastreo adiestrados desde Japón, registraban capas de hormigón, pero hasta la tarde del sábado sólo habían logrado hallar un cuerpo.
ESCALA DEL DESASTRE
En zona más remotas, la magnitud del desastre se está empezando a conocer, ya que en algunos casos aldeas completas fueron arrasadas.
La Cruz Roja de Indonesia dijo el domingo que hay 800 personas desaparecidas en Padang Pariaman y se presume que estén sepultadas por deslaves. El distrito tiene 340.000 habitantes.
"En las aldeas de Pariaman, estimamos que cerca de 600 personas murieron", dijo Rustam Pakaya, director del centro de crisis del Ministerio de Salud. Pariaman, cerca de epicentro, es una de las zonas más afectadas.
"En una de las aldeas había un minarete de 20 metros de alto que quedó totalmente sepultado, así que no quedó nada, por lo que presumo que toda la aldea está sepultada por 30 metros de tierra", afirmó.
En otra zona rural, un residente dijo que era demasiado tarde para la ayuda.
"No se molesten en traer ayuda para acá", dijo Afiwardi, quien apuntó a un derrumbe que cortaba el camino. "Todos están muertos", agregó.
Algunos campesinos usaban simples azadones de madera en lo que parecía un futil intento por alcanzar los cuerpos sepultados.
El alcalde del distrito de Padang Pariaman, Muslim Kasim, dijo que máquinas pesadas de excavación estaban llegando a algunas zonas, pero que los supervivientes necesitan con desesperación de tiendas de campaña y ropa de cama.
"Estamos devastados. Ochenta por ciento de las casas se han caído, los caminos están partidos y rotos", dijo por teléfono, agregando que uno de los derrumbes cayó sobre una fiesta de matrimonio.
Varios días después del terremoto, muchas zonas no han visto llegar ayuda.
"No hemos recibido nada. Necesitamos comida, ropa, frazadas, leche", dijo Siti Armaini afuera de su casa colapsada en Pariaman. "Parece que el Gobierno se ha olvidado de nosotros", agregó.
Cuando se le preguntó por los esfuerzos en Pariaman, el vicepresidente Jusuf Kalla dijo con dureza que es hora de recuperar cadáveres.
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