Este artículo se publicó hace 16 años.
El dividido sindicato de actores de EEUU aplaza una votación
El profundamente dividido Sindicato de Actores de Pantalla (SAG, en sus siglas en inglés) de Hollywood ha aplazado la votación para autorizar una huelga, que tenía como fecha prevista el 2 de enero, para poder "resolver la desafortunada división y recuperar el consenso".
El retraso se produce después de que miembros señalados del sindicato, como Tom Hanks y George Clooney, prestaran sus nombres a una campaña que se oponía a la declaración de huelga. El lado del "sí" cuenta con famosos como Mel Gibson y Martin Sheen.
"Esta división no ayuda a nuestro esfuerzo para alcanzar un acuerdo con la AMPTP que nuestros miembros ratifiquen", escribió en una carta enviada a los miembros y colgada en la página web del sindicato el negociador jefe del grupo, Doug Allen. La AMPTP es el organismo negociador de los estudios, la Alianza de Productores de Cine y Televisión.
El SAG lleva trabajando sin contrato desde que el viejo expiró el 30 de junio. El principal punto de fricción en las negociaciones es el pago por la programación transmitida por Internet. Después de que un mediador federal fracasara el mes pasado en su intento de reiniciar las conversaciones estancadas, el SAG anunció que pediría autorización de sus miembros para ir a la huelga.
Esa autorización requiere una aprobación del 75 por ciento. La organización tiene unos 120.000 miembros, aunque la mayoría de ellos no trabaja como actores a tiempo completo.
La nueva fecha de la votación será en las tres semanas siguientes a una reunión especial de la junta que se celebrará el 12 y el 13 de enero, según el sindicato. Se espera que se tarde unas tres semanas en contar los votos.
Si el "sí" saliera victorioso, la ceremonia de entrega de los premios Oscar, que se celebrará el 22 de febrero en Hollywood, podría quedarse coja porque las grandes estrellas no querrán cruzar la línea de piquetes.
Los grandes estudios han bajado el ritmo de rodaje de películas desde finales de junio en preparación de un posible paro, lo que se suma a la desaceleración general derivada de la recesión de la economía estadounidense.
La tensión se ha visto exacerbada por la fatiga dejada por una huelga de guionistas de 14 semanas, que terminó en febrero y le costó a la economía de la zona de Los Ángeles unos 3.000 millones de dólares (unos 2.000 millones de euros) al detener la producción de la mayoría de los programas de televisión de máxima audiencia.
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