Este artículo se publicó hace 15 años.
Un documental argentino da voz a los padres de la Plaza de Mayo
Las Madres de Plaza de Mayo son conocidas mundialmente por su incansable búsqueda de justicia para sus hijos desaparecidos durante la ultima dictadura militar argentina.
¿Qué pasó con los padres? es la pregunta central de un documental que se estrena el lunes en el Festival de Cine de Mar del Plata.
"Padres de la Plaza, 10 recorridos posibles" intenta encontrar respuestas a través del testimonio directo de 10 padres de hijos desaparecidos durante el Gobierno de facto que transcurrió entre 1976 y 1983 y esposos de las Madres de Plaza de Mayo, un organismo de derechos humanos que lucha por obtener verdad y justicia desde hace más de 30 años.
"Notamos que estaba ausente la voz del padre, lo cual nos llevó a preguntarnos qué pasó con ellos. Las agrupaciones eran de madres, abuelas, hijos, familiares, incluso hermanos, pero los padres no se habían agrupado", dijo a Reuters Joaquín Daglio, el director del documental.
El documental compite en la sección Argentina de la edición número 24 del Festival de Cine de Mar del Plata, que se celebra en esta ciudad situada a unos 400 kilómetros de Buenos Aires hasta el próximo domingo.
La película, sencilla, testimonial, casi sin música, da voz a los padres para que cuenten cómo vivieron la desaparición de sus hijos y cómo acompañaron desde su lugar a sus mujeres, que son la cara visible de la lucha.
Según organismos de derechos humanos, durante la última dictadura militar argentina desaparecieron unas 30.000 personas y en la mayoría de casos no se han encontrado los cuerpos, una de las principales reclamaciones de todos los padres.
"Son 10 individuos dentro de los miles que han vivido esto. La idea de la película es acercar las preguntas y que se sigan desarrollando y proponer un espacio de reflexión para seguir construyendo la memoria", dijo Daglio.
SÍ ACOMPAÑARON A SUS MUJERES
Todos argumentan que acompañaron material y moralmente a sus mujeres. Algunos dicen que el trabajo les impedía involucrarse y otros sostienen que era muy difícil realizar marchas pacíficas, como las que hicieron las madres todas las semanas, porque los hombres son más fáciles de reprimir.
"Mientras nuestras compañeras participaban de la ronda, los padres nos manteníamos en las esquinas lindantes a la Plaza de Mayo para ver si les pasaba algo", dice en el documental Jaime Steimberg, uno de los padres que murió hace dos años y pidió que lanzaran sus cenizas al mar, donde cree que está su hijo.
Ricardo Chidíchimo, otro de los participantes en el filme, reconoce: "Muchos padres se movieron, como me moví yo, y otros se resignaron. Era una época muy difícil".
Los escenarios de la película fueron escogidos por los protagonistas. En algunos casos se trataba del colegio al que habían asistido los hijos, la habitación de la casa familiar o el Museo de la Memoria de Buenos Aires. En todos, los padres, que en su mayoría tienen cerca de 80 años, muestran, emocionados, fotos, poemas y recuerdos.
"Es mejor morir de dolor que de vergüenza", dice un cartel en el armario de Norberto Julio Morresi, hijo desaparecido de Julio, quien cuenta que lo escribió cuando tenía 16 años.
Rafael Beláustegui, padre de tres hijos desaparecidos durante la dictadura, relata el encuentro casual que tuvo en un avión con el general Emilio Massera, uno de los represores más emblemáticos del proceso militar, a quien le preguntó si le podía decir algo de su hijo desaparecido.
"Me contestó: 'Lo que le puedo decir es que los chicos en algún lugar están y que en algún momento los devolveremos, pero en el momento que las condiciones lo aseguren. Y no me pregunte nada más'. ¡Qué hijo de puta!", recuerda furioso.
Hacia el final, en el único momento de la película donde suena la música, los padres se reúnen en la Plaza de Mayo, ubicada frente a la Casa de Gobierno, para conocerse por primera vez.
Allí se abrazan, cuentan sus luchas individuales durante estos años y algunos hasta lamentan no haberse organizado para compartir su búsqueda de justicia.
"Ese dolor sigue en pie y es uno solo. Seguimos exigiendo justicia", resume Oscar Hueravilo, el padre de Oscar Lautaro, que desapareció en 1977 junto a su pareja, quien tuvo en cautiverio a un bebé que luego sus abuelos pudieron recuperar.
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