Este artículo se publicó hace 14 años.
Doisneau, más allá de "El Beso del Hôtel de Ville"
La Fundación Henri Cartier Bresson alberga desde hoy y hasta el 18 de abril una muestra que reúne un centenar de trabajos del célebre fotógrafo francés Robert Doisneau, en la que se pueden contemplar instantáneas inéditas del artista, conocido mundialmente por imágenes como "El Beso del Hôtel de Ville".
La exposición "Robert Doisneau, del oficio a la obra" incluye trabajos originales escogidos de entre el taller del artista y colecciones públicas y privadas, que pretenden mostrar una cara desconocida del fotógrafo.
"Hay ciertas imágenes en esta exposición que han sido expuestas siempre, pero hay otras fotografías que no han sido vistas nunca", explicó a EFE la directora de la Fundación Henri Cartier Bresson, Agnès Sire.
En esta selección, dijo, se ha querido dar más prioridad a fotografías con un "sentido artístico" que a las dirigidas "a las revistas o a la publicidad".
Doisneau es uno de los fotógrafos más reconocidos internacionalmente, especialmente por su trabajo de "El beso", instantánea reproducida en infinidad de ocasiones, que refleja la pasión de dos jóvenes parisinos justo delante del Ayuntamiento de la capital gala, l'Hôtel de Ville.
En esta muestra, las fotografías más famosas de Doisneau dejan paso a su cara más cercana, con imágenes del artista realizadas entre 1930 y 1966 en París y sus alrededores.
Nacido en 1912, precisamente en la 'banlieue' (afueras) parisina, concretamente en Gentilly, el autor nos muestra personajes y acciones cotidianas que suceden en su ciudad, desde niños jugando o mujeres bellas con mirada pícara, hasta vagabundos o prostitutas esperando a sus clientes.
"Hay otro Robert Doisneau mucho más sensible, mucho más melancólico, que ha fotografiado las afueras de París de una manera desigual y ha intentado enseñar su universo, como si se tratara de un pequeño teatro", indicó Sire.
Su universo, en este caso, se refiere a la ciudad de París y sus alrededores, ya que a lo largo de su dilatada carrera, que terminó poco antes de su muerte en 1994, el artista puso especial énfasis en este tipo de fotografías en la capital francesa.
No obstante, también realizó reportajes en Nueva York, Hollywood, Montreal o en la extinta Unión Soviética (URSS).
Doisneau tuvo como referencia Eugène Atget, quien había fotografiado todo París de arriba a abajo, y eso le sirvió de inspiración para seguir sus pasos y convertirse en un admirador de su ciudad.
Tras unos primeros pasos como litógrafo, consiguió su primer trabajo como fotógrafo en la Agencia Rapho, donde firmó un contrato como independiente hasta que la Segunda Guerra Mundial interrumpió su carrera y tuvo que alistarse como soldado en la resistencia francesa.
Sin embargo, tras la guerra recobró su camino en la renacida Agencia Rapho para hacer crecer su imagen de gran fotógrafo, reconocida por numerosos premios y homenajes, y hasta fue homenajeado con películas sobre su vida, como la realizada por la directora y amiga Sabine Azéma.
La realidad es que el fotógrafo entabló amistad con grandes personalidades del mundo del arte que vivían en Francia, como Jacques Tati, Jaques Prévert, Saul Steinberg, Pablo Picasso o Daniel Pennac, además del propio Henri Cartier Bresson.
Precisamente, la única fotografía de la exposición que no es de Doisneau es un retrato que Cartier Bresson hizo al fotógrafo.
Y ahora es la Fundación que lleva su nombre, el nombre de otro de los grandes fotógrafos de toda la historia, el de Cartier Bresson, la que le rinde homenaje con dos salas que contienen un centenar de fotografías de Doisneau.
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