Este artículo se publicó hace 15 años.
Por los dominios del buitre leonado
La Vía Verde de la Sierra, entre Cádiz y Sevilla, discurre por un trazado ferroviario por el que nunca llegó a pasar tren alguno.
Fue un proyecto con el que soñaron, en la España que despertaba al siglo XX, sevillanos y gaditanos: el Ferrocarril de la Sierra, que discurriría entre Jerez de la Frontera y Almargen. Un sueño que casi se hizo realidad, cuando las obras se iniciaron con celeridad bajo la batuta de Primo de Rivera. Pero llegó la guerra, y con ella, la paralización de la iniciativa. Tras ella, años difíciles que no invitaban a continuarla. Y con los sesenta, terminadas las estaciones, viaductos y túneles, un informe del Banco Mundial desahució definitivamente el proyecto.
Por 36 kilómetros de ese trazado, 36 kilómetros por los que no llegó a pasar tren alguno, discurre hoy la Vía Verde de la Sierra. Entre los pueblos gaditanos de Puerto Serrano y Olvera, el itinerario pasa por las provincias de Cádiz y Sevilla, paralelo a las orillas de numerosos ríos, y con un animal emblemático: el buitre leonado. El peñón de Zaframagón es su feudo, una de las reservas de la especie más pobladas de toda Europa.
Las sierras más meridionales de la Península Ibérica ofrecen al caminante transiciones entre paisajes agrícolas y serranos en los que la placidez es la nota dominante y el estrés no se plantea como compañero de viaje. ¿Cómo sentirlo en el Chaparro de la Vega, un encinar centenario declarado Monumento Natural de Andalucía? ¿O en Los Llanos de la Reyerta, con su nombre tan evocador y su molino hidráulico?
El paso sobre el Arroyo de los Azares descubre el primero de los cuatro grandes viaductos de la Vía Verde. Al salir del túnel de los Azares, la vía se "cuelga" sobre el Guadalete y ofrece una sorprendente balconada natural. Pero el paraje estrella de la ruta es sin duda el Peñón de Zaframagón, la grandiosa formación en roca caliza, dominio del buitre leonado. Para conocer más datos sobre él, acercarse al Centro de Interpretación de la Vía Verde de la Sierra, en la estación de Zaframagón, es una buna idea.
Entre túnel y túnel prosigue el recorrido, que pasa por hasta seis municipios: El Coronel, Montellano, Puerto Serrano (con la antigua villa romana de El Chaparral), Coripe, Pruna y Olvera, con su barrio musulmán de La Villa y una fortaleza medieval del siglo XII. El punto y final, los andenes de la estación de Olvera, que cuenta con el edificio más bello de todo el ferrocarril. Ahí nos detendremos y, paradojas de la vida, el tren que nació sin viajeros los recibe ahora, aunque hayan cambiado las vías por los senderos.
La web de la Fundación Vía Verde de la Sierra, www.fundacionviaverdedelasierra.com, ofrece más datos tanto sobre el propio itinerario como sobre la zona en la que se realiza.
Dónde comer
Podemos acercarnos hasta Grazalema, a tres cuartos de hora de Olvera, y detenernos en Casa de Las Piedras, que ofrece cocina casera ejecutada con sencillez. Jerez de la Frontera, a aproximadamente una hora de Olvera, es otra opción gastronómica que hay que tener en cuenta. Para tapear aquí podemos optar por La Cruz Blanca, en las proximidades del Ayuntamiento.
Dónde dormir
En pleno casco monumental de Arcos, El Convento ocupa una parte del antiguo edificio de las Mercedarias Descalzas y ofrece buenas vistas a la vega del Guadalete. En la misma ciudad podemos optar por el Parador, la antigua mansión solariega del corregidor de la ciudad, con interiores típicamente andaluces, o por La Casa de Bóvedas, que también ofrece estancias típicas del sur, como su patio interior encalado.
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