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El "Don Giovanni" de Mario Gas rompe esquemas

EFE

El Teatro Maestranza estrenó anoche una producción propia de 'Don Giovanni', de Mozart, bajo la dirección escénica de Mario Gass, cuya visión del mito de Don Juan rompe los esquemas tradicionales de la dramaturgia de la obra y de su protagonista.

Mario Gas propone un 'Don Giovanni' atemporal que para nada transcurre en el siglo XVII, como demanda el libreto de Lorenzo Da Ponte, y que tampoco hace referencia a la ciudad de Sevilla.

La escenografía de Ezio Frigerio expone una fría arquitectura de mármol azul con predominio de columnas que con un adecuado movimiento y la iluminación de Vinicio Cheli van perfilando los decorados de las sucesivas escenas.

El impresionante y rico vestuario de la oscarizada Franca Squarciapino está inspirado en los años veinte y treinta del pasado siglo.

En la visión del mítico personaje que ha pergeñado Gas, Don Juan es un ser egoísta y entregado a la depravación desde el comienzo de la ópera, con la ya muy vista escena del "burlador" que se bebe una botella de güisqui y se toma una raya de cocaína antes de salir a por su nueva conquista (víctima).

Lo novedoso del planteamiento, sin embargo, es la supervivencia del vil seductor al infierno y a las fuerzas del más allá representadas por el espectro del Comendador, quien no verá satisfecha su venganza; no hay final moralizante en el que "el malo" tiene que rendir cuentas y arrepentirse.

En la escena final, Don Juan no es devorado por las llamas del infierno, sino que se fuma un puro después de burlar de nuevo al Comendador y mientras observa, de lejos, cómo sus víctimas celebran con champagne que Don Juan y lo que su figura representa ha desaparecido de su entorno. Esta propuesta ha gustado a un sector del público y a otro no tanto o nada.

El bajo-barítono uruguayo Erwin Schrott demostró gracias a su caracterización del personaje, la presencia escénica y su convincente interpretación vocal, por qué es uno de los intérpretes de Don Giovanni más solicitados en la actualidad por los grandes teatros.

Del resto del elenco de voces, formado por Artur Korn (Comendador), Anja Harteros (Doña Ana), Virginia Tola (Doña Elvira), Saimur Pirgu (Don Octavio), Marco Vinco (Leporello), Raquel Lojendio (Zerlina) y Wojtek Gierlach (Masetto), sobresalieron las sopranos Virginia Tola y Anja Harteros y el barítono Marco Vinco, quienes fueron ovacionados durante la noche en algunas de sus arias y también al final de la representación.

En el foso actuó la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla dirigida por la meticulosa batuta de Antoni Ros Marbà.

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