Este artículo se publicó hace 15 años.
Donna Leon enfrenta a su comisario Brunetti a bandas mafiosas del ecocrimen
El comisario Brunetti, la creación literaria de la escritora norteamericana Donna Leon, se enfrenta al ecocrimen en la última entrega de la serie, "La otra cara de la verdad", donde resuelve un caso de tráfico de residuos tóxicos en Venecia en el que están implicadas bandas mafiosas.
En la presentación del libro en España, Donna Leon, afincada en Venecia desde hace años, ha comentado que "hasta ahora no había tratado este tema de las ecomafias porque los lectores no eran receptivos a este tipo de problemáticas".
Además, añade, "el papel del escritor no es el de hacer de predicador, ni hacer saltar las alarmas, porque los escritores no tienen por qué saber de todo".
La "dama negra" veneciana opina que "lo que sabemos es sólo la punta del iceberg" y, de hecho, recuerda que "hace quince años la guardia costera italiana descubrió tanto en el fondo del Adriático como en el Mediterráneo barcos fantasmas que habían desaparecido y que no se habían encontrado y que seguramente estaban llenos de residuos tóxicos".
La consecuencia es "terrible": "Italia es un país con una de las estadísticas más altas en casos de cáncer, y la región del Veneto, donde está Venecia, es la que tiene el nivel de cáncer de mama más elevado de toda Europa, y eso no sucede por casualidad".
Lamenta Donna Leon que "la prensa ofrece grandes titulares cuando aflora un escándalo, pero poco a poco se va desvaneciendo y al cabo de una semana ya no se habla del tema".
La autora se muestra "escandalizada" porque "no sólo quemamos la basura italiana, y sin ningún tipo de filtros, sino también la alemana y la de otros países que pagan a cambio de ello".
"Destrozar un coche o robar un banco es un delito pero se acaba en sí mismo, pero los delitos ecológicos afectan a varias generaciones y contaminan la tierra y el aire", señala la escritora.
El hecho de que la basura venga de otros países lleva a Donna Leon a pensar que "hay complicidades entre los gobiernos, y es tan culpable el que vende como el que compra los residuos".
El punto de partida de la historia de "La otra cara de la verdad" (Seix Barral/Edicions 62) parte del encuentro entre el comisario Brunetti y Franca Marinello, esposa de un hombre de negocios veneciano, que está lejos de ser la rubia superficial que el vestuario caro y el notorio 'lifting' fácil hacían prever.
Confiesa Leon: "Llevaba 50 páginas escritas y tenía pensado irme de Italia durante unos días, pero antes fui al teatro y allí vi a una rubia espectacular de espaldas, hasta que al final de la función pude verle la cara un segundo y resultó un horror, operada hasta el punto de que no se sabía si tenía 30 o 70 años".
Dos semanas más tarde, al volver a Italia y reemprender la escritura de la novela, Donna Leon no podía borrar de su retina la figura de aquella mujer: "Estaba sentada junto a mí y yo me preguntaba ¿por qué una mujer hace una cosa así?".
La autora norteamericana ya tiene en el cajón una nueva novela de Brunetti -"siempre me gusta tener un libro en la recámara por si decido tomarme un año de descanso", dice-, en el que el popular comisario debe investigar a una red de adivinadores del futuro, de echadores de cartas, y un crimen que parece ser una cosa pero luego no lo es".
Donna Leon se mantiene en sus trece y sigue sin publicar sus novelas en Italia: "Me gusta permanecer invisible y anónima en Venecia", y por eso ni siquiera accede a que se exhiban las películas de Brunetti.
Sobre el gobierno de Obama en EEUU, Leon se siente "muy feliz, pero vamos a ver qué pasa en el futuro, porque la política me ha desilusionado tantas veces a lo largo de mi vida, que ahora sólo espero resultados".
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