Este artículo se publicó hace 17 años.
Donó esperma y ahora tiene que colaborar en la manutención de niños
Quería ayudar a una amiga lesbiana y su compañera a tener dos niños | La mujer asegura que el hombre mantuvo contacto regular con los niños durante años
Un británico que donó esperma para ayudar a una amiga lesbiana y su compañera a tener dos niños se ha visto obligado a colaborar en la manutención de los pequeños, aunque, según afirma hoy la mujer en la prensa, el hombre mantuvo contacto regular con los niños durante años.
Andy Bathie asegura que había un acuerdo de que sus obligaciones como padre concluirían con la donación, pero la madre natural de los pequeños, Terri Arnold, insiste en que la reclamación no es injusta porque durante un tiempo el hombre se comportó como un progenitor con sus hijos, informa hoy la prensa británica.
En declaraciones publicadas hoy por Daily Mail, Terri dijo que el hombre tiene que pagar la manutención porque mantuvo contacto regular con los niños durante años antes de interrumpirlo de forma abrupta.
"No puedes jugar a ser un padre durante dos años y después largarte", dice la mujer. "Quería ser padre, pero no quiere la responsabilidad económica", añade.
La historia comenzó cuando Bathie, un bombero de 37 años, acordó con una de las mujeres, Sharon Arnold, a quien conocía desde que eran adolescentes, que donaría su esperma para que su pareja, Terri, se quedara embarazada.
Tras una inseminación casera, la mujer, de 25 años, dio luz a una niña, que ahora tiene cuatro años, y dos años después, tras repetir el mismo acuerdo, tuvo un segundo hijo, un niño que ahora tiene dos años.
Los tres amigos mantuvieron una buena relación y Bathie incluso visitaba a la pareja y los niños, pero, según ha recalcado a los tabloides británicos, no como si fuesen sus hijos.
Pero la relación de amistad terminó cuando la pareja se separó y él se vio obligado a pagar 450 libras (más de 620 euros) al mes para la manutención de los pequeños.
Bathie, que se acaba de casar, asegura que, debido a esta situación, no puede permitirse tener hijos con su mujer y ha emprendido acciones judiciales para que no se le reconozca como padre legal.
Cualquier hombre que done esperma en una clínica de fertilización recibe el estatus de "donante", lo que le exime de responsabilidades legales o financieras hacia el niño, pero esa protección no rige en casos de inseminaciones domésticas.
El hombre, sin embargo, asegura que sólo ha visto a los niños unas pocas veces y se queja: "Fue un favor muy caro, considerando que voy a estar pagando hasta que los niños tengan dieciocho años".
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