Público
Público

Dramas sociales y humanos fluyen en Valladolid con gran acogida para el uruguayo Plá

EFE

Dramas sociales y de corte más humano e intimista han confluido hoy en la segunda jornada de proyecciones de la 52 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), donde ha tenido una gran acogida de público y crítica el 'thriller' titulado "La zona", del uruguayo Rodrigo Plá, que no ha competido.

El augurio de una sociedad más violenta y atrincherada como mecanismo de defensa ha plasmado Plá en su segundo largometraje, basado en el relato breve "El otro lado", de Laura Santullo, y que se estrenará el 9 de noviembre en España después de haber ganado dos premios en la última Mostra de Venecia.

"La zona" es el nombre de un residencial de lujo situado en Ciudad de México y rodeado de una marea humana de pobreza y abyección de la que se aisla, combate y defiende mediante férreas medidas de seguridad a través de un muro alambrado y protegido por un circuito cerrado de televisión.

En este escenario inscribe el cineasta hispanoamericano la trama de su película, un 'thriller' descarnado y violento donde la corrupción policial y la ausencia de garantías institucionales enfrenta a opulentos y a míseros con el resultado de una sociedad "violenta, impune, que se atrinchera como respuesta" y se toma la justicia por su propia cuenta.

Plá ha reflexionado así, durante una rueda de prensa, acerca del clima social que se respira actualmente en Ciudad de México, donde vive junto a su esposa, co-guionista y autora del relato originario del filme, y que ha reflejado en "La zona" de una forma "un poco exagerada para llamar la atención de hacia dónde vamos".

"¿Qué pasa con nuestra sociedad? Las calles en Ciudad de México se empiezan a cerrar, a privatizar, hay que saltar fronteras para acudir de un lado a otro. Esto es algo que hemos experimentado mi mujer y yo cuando vamos a visitar a los amigos y es lo que hemos tratado de llevar a la película", protagonizada entre otros por Carlos Bardem y Maribel Verdú, ha explicado el realizador.

Sí han concursado en la 52 Seminci los filmes "Cien clavos", del veterano director italiano Ermanno Olmi, y "La visita de la banda", del israelí Eran Kolirin, donde ambos coinciden en aspectos sencillos de la vida como una comida entre amigos o la bondad de los desconocidos.

La segunda jornada del festival ha conjugado la madurez del cine de Olmi, quien obtuvo la Espiga de Oro en 1962 gracias a "El empleo", con el debutante Kolirin, nacido en 1973 y que ha presentado en la capital vallisoletana su primer largometraje.

En "Cien clavos" ("Centochiodi"), lo que comienza con tintes policiacos y de conspiración se convierte en un apacible retrato de la ribera del Po, un lugar donde la vida de sus gentes transcurre tranquila y sin mayor preocupación que evitar que las excavadoras deterioren sus inmensos paisajes.

La amistad y la camaradería de las gentes de la zona, que se entregan para ayudar a un desconocido recién llegado, contrastan con el pasado y los secretos que él oculta.

Ese desconocido, un erudito profesor de la Universidad de Bolonia envuelto en un delito, se despoja de todos sus bienes para comenzar de nuevo, para encontrar la alegría que le faltaba y descubrir que la vida está más allá de su biblioteca.

El protagonista se verá obligado a echar una mano a sus nuevos vecinos y a ayudarles con consejos y parábolas extraídas del Nuevo Testamento, como la de las bodas de Canán y la del hijo pródigo.

Por otra parte, "La visita de la banda" ("Bikur Hatizmoret"), supone el debut en el cine del israelí Eran Kolirin, quien ha trabajado como guionista cinematográfico y director de una película para televisión.

La cinta narra el viaje de los músicos de una banda de música de la policía egipcia que se pierden de camino a un pueblo israelí donde deben tocar para la inauguración de un centro cultural árabe.

Las dificultades del idioma, el contraste de las culturas y la universalidad de la música quedan reflejados en un filme sin estridencias, pero con brillantes momentos de humor.

Los habitantes de un pueblo aislado, al que llegan por equívoco los músicos, los acogerán en sus casas para que pasen la noche hasta que llegue el próximo autobús y compartirán con ellos silencios y confidencias sinceras.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias