Este artículo se publicó hace 15 años.
Los editores piden cortes y sanciones
La industria teme un aumento de las descargas con los e-books
Los editores tienen miedo a las descargas de los libros electrónicos. Ellos quieren cortar por lo sano a pesar de la rectificación de última hora del presidente del Gobierno. Sí al corte y también a la sanción contra el usuario. Los editores pidieron "mano dura" ante una amenaza fantasma.
"El corte me parece una apuesta decidida que hace mucha falta. Los editores también tenemos propiedad intelectual y, si no se respeta, mal", señaló ayer a este periódico Antoni Comas, del Gremi dEditors de Catalunya. Desde la Federación del Gremio de Editores de España, su director ejecutivo, Antonio María Ávila, ya había insistido por la mañana, durante un seminario sobre el libro electrónico celebrado en Madrid, en la necesidad de ser muy radical con respecto a las descargas: "Hay que sancionar".
Entre el tipo de sanciones, las opiniones, sin embargo, cambian. Antoni Comas es de los que llega más lejos al apostar decididamente por el modelo francés, que penaliza directamente al usuario que se descargue contenidos sujetos a copyright . "En esta vida, a grandes males, grandes remedios y en este caso no te puedes quedar a medio camino. Yo estoy por la posición francesa", asegura. A él se suma el director general del libro de Planeta, Jesús Badenes, quien reconoció, antes de saber la posición de Zapatero, que "el modelo español está bien para empezar, pero el francés es interesante".
Los sellos reconocen que no tienen cifras del problema
Otras editoriales como Mondadori en su catálogo tiene títulos de Ken Follet fueron más cautas. "Creo que el corte que se pretendía era adecuado. Veremos si resulta efectivo", manifestó Nuria Cabutí, recién nombrada consejera delegada del grupo.
Curiosamente, la tercera vía, o el caso irlandés, apenas fue apoyado por los editores. Este consiste en la imposición de un canon a las operadoras de Internet, que después se retribuye a los titulares de derechos de autor. De los consultados, sólo dos pequeños editores, Javier Azpeitia, del sello 451, y Nicole Etchevers, de Herder, se mostraron a favor. "Sería lo más lógico y lo más ético, porque los operadores son los que se están beneficiando de todo esto con sus contratos", admitió Azpeitia. "Los cortes drásticos lo que pueden provocar es abrir nuevos caminos para la piratería", añadió a su vez Etchevers.
Miedo real o infundado¿Por qué existe este temor a las descargas de los libros en la Red? Según confirmó ayer el Gremio de Editores de España, en la actualidad no existe un porcentaje que pueda evaluar la piratería de contenidos. Las editoriales también reconocen que no tienen ninguna cifra que refleje las pérdidas económicas debido a las descargas. Además, hoy por hoy, apenas hay títulos con copyright en la Red. Y el e-book tampoco es el formato de venta mayoritario. Las últimas cifras señalan que la cuota de facturación del libro electrónico en 2009 es de un 1,33% (42 millones de euros).
Los expertos aseguran que no será fácil piratear un libro electrónico
"Las editoriales estamos viendo cómo la piratería está afectando a la música. Nosotros aún estamos en una fase inicial, pero cuanto antes se ponga freno, mucho mejor", reconoció Nuria Cabutí. Jesús Badenes se apoya en el desembarco masivo de e-books previsto para el próximo año: "En 2010, el 80% de las novedades editoriales estará en la Red y en cinco años es posible que se lleguen a vender entre tres y cuatro millones de e-books. Queremos llegar al 5% de la cuota de mercado". Este ejecutivo rememora el momento en el que entró Napster en el negocio musical. "Desde entonces, la facturación en la música ha caído a la mitad".
Pero, ¿es fácil piratear un e-book? Los expertos señalan que depende mucho del formato. El PDF, que es el que más se utiliza ahora, sí. Esa es la razón por la que editores como Pepo Paz, de Bartleby, manifiesta que "ya estamos vendidos". Este editor denuncia que se ha llegado a encontrar en la Red hasta 70 poemas de Poesía completa, de Silvia Plath. Sin embargo, los expertos señalan que esto cambiará cuando se formalicen los llamados libros en la nube, es decir, aquellos a los que se accederá por streaming. A partir de entonces, sólo estarán disponibles para los grandes hackers.
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