Este artículo se publicó hace 16 años.
EE.UU. y sus aliados estudian castigar a Rusia con su exclusión de organismos internacionales
EE.UU. y sus aliados están evaluando, como castigo por los ataques contra Georgia, impedir la entrada de Rusia en organismos internacionales como la OMC y la OCDE, y excluirla del G8, según fuentes estadounidenses.
Un alto funcionario, que habló a la prensa bajo el anonimato, avanzó que toda la agenda del Gobierno del presidente Dimitri Medvédev para incorporarse a organismos como la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) puede quedar en suspenso debido a la acción bélica contra Georgia.
El primer ejemplo de estas medidas de presión tuvo lugar hoy, cuando EE.UU. decidió boicotear una reunión urgente de los aliados de la OTAN con Rusia, y señaló que la Alianza Atlántica debe revisar su relación con Moscú.
Otra medida que está sobre la mesa y que está siendo analizada es la posible cancelación o la no participación de EE.UU. en un ejercicio militar naval de la OTAN con Rusia, que está previsto para el viernes en el Océano Pacífico, frente al puerto de Vladivostok, según una fuente del Pentágono.
Cancelar el ejercicio militar sería el primer paso serio de Washington para demostrar a Rusia su disconformidad por sus acciones bélicas.
Altos funcionarios del Gobierno de EE.UU., incluido el presidente, George W. Bush, han criticado duramente las operaciones militares de Rusia contra Georgia.
La maquinaria de consultas y debates entre los miembros del G7 y de otros países europeos está en marcha desde que Rusia decidió atacar a Georgia y entre sus conversaciones figura qué respuesta van a adoptar frente a la actitud beligerante de ese país.
El propio Bush habló el lunes y hoy de nuevo con sus homólogos del G7 (Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Japón y Canadá) y con presidentes de Gobiernos de la antigua Europa del Este, algunos de los cuales son nuevos miembros de la OTAN.
Estos Gobiernos han pedido una respuesta dura contra Rusia por haber invadido un aliado suyo.
El lunes, mientras volaba a Washington procedente de Pekín, Bush habló con el primer ministro británico, Gordon Brown, con el presidente lituano, Valdas Adamkus, y el polaco Lech Kaczynski, y una vez en la Casa Blanca, también llamó al mandatario de Georgia, Mijaíl Saakashvili, según su oficina de prensa.
En su ronda de consultas, también contactó con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y la canciller alemana, Ángela Merkel.
Bush ya advirtió el lunes a Moscú de que sus acciones "ponen en riesgo las relaciones de Rusia con EE.UU y Europa" y "han dañado sustancialmente la posición" de ese país en el mundo, a la vez que las calificó de "inaceptable en el siglo XXI".
Por su parte, la secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, quien interrumpió sus vacaciones y regresó a Washington el lunes, habló hoy por segunda vez en dos días con los ministros de Exteriores del G-7, informó ella misma a la prensa.
Con todas esas consultas, el G-7 está debatiendo si disolver por completo el G-8, que incluye a Rusia como octavo miembro, según las fuentes gubernamentales.
En paralelo a estas gestiones, el Gobierno de Bush evaluaba hoy si el anuncio de Medvédev de suspender sus operaciones militares en Georgia es serio y si ya se ha producido sobre el terreno.
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