Hace tiempo que en Estados Unidos se tiene una visión diferente a Europa sobre cómo salir de la crisis. No es ninguna novedad que el Gobierno de Barack Obama no lo apuesta todo a los recortes y que cree que hay que desarrollar políticas de estímulo y de crecimiento.

Ese fue el mensaje en el que volvió a insistir el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, en una alocución en la Cámara de Representantes. Geithner aseguró que Europa se encuentra apenas en las etapas iniciales de una larga y difícil senda hacia la estabilidad fiscal y aconsejó a los países muy endeudados que no recurran a medidas draconianas para arreglar sus presupuestos.

"Es probable que el crecimiento económico sea débil por algún tiempo. La senda de consolidación fiscal debería ser gradual, con una fase de reformas en varios años", dijo Geithner.

"Si cada vez que el crecimiento económico se tambalea, los gobiernos se ven obligados a recortar el gasto y elevar los impuestos inmediatamente para compensar el impacto de un mayor crecimiento del déficit, esto supone una espiral negativa auto reforzada de una austeridad que mata al crecimiento", agregó.

Los países en el corazón de la crisis de deuda de Europa —Grecia, Irlanda, España, Italia y Portugal— han tomado medidas para reducir sus déficits de presupuesto e impuesto reformas para hacer sus países más competitivos. España, por ejemplo, está revisando su sector financiero e Irlanda está recapitalizando sus bancos.

Pero Geithner dijo que las reformas fiscales son sólo parte de la solución. "Para que estas reformas económicas funcionen, los países del euro tendrán que ser cuidadosos para calibrar la mezcla de apoyo financiero y el ritmo de la consolidación fiscal", dijo Geithner.

"Las reformas llevarán tiempo y no funcionarán sin el apoyo financiero que permite a los gobiernos endeudarse a tipos abordables y mantener en general los tipos de interés en la economía en niveles que no maten el crecimiento", aseguró el responsable, quien hizo comentarios similares a los republicanos de su país de no recortar el déficit fiscal de Estados Unidos a costa de la estabilidad económica y el crecimiento.