Este artículo se publicó hace 14 años.
EEUU aumenta la respuesta al derrame petróleo en el Golfo
El Gobierno de Estados Unidos redobla sus esfuerzos para evitar un desastre ambiental por la enorme mancha de crudo que se filtra desde un pozo averiado y que se está acercando a la desembocadura del río Misisipi, amenazando la costa de Luisiana y otros tres estados.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha prometido "usar todo recurso disponible" y el Ejército se movilizaba para ayudar a contener la expansión del derrame procedente de una filtración en un pozo submarino en el Golfo de México.
La fuga diaria de crudo desde el pozo se estima en 5.000 barriles al día, cerca de 795.000 litros, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Es cinco veces más crudo del que se pensaba inicialmente.
La creciente amenaza ha incrementado el temor a que la industria pesquera, las reservas de vida salvaje y el turismo de Luisiana, Misisipi, Alabama y Florida sufran graves daños.
El gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, cuyo estado aún está recuperándose de la destrucción provocada por el huracán Katrina en 2005, advirtió de que la mancha "amenaza a los recursos naturales del estado".
Jindal declaró estado de emergencia y pidió fondos al Departamento de Defensa para desplegar a 6.000 agentes de la Guardia Nacional para ayudar en la limpieza.
La creciente mancha de crudo estaba a 5 kilómetros de la delicada reserva de vida salvaje de los pantanos del borde del delta del río Misisipi, que según los expertos podría dañar gravemente a la naturaleza del área y sería muy difícil de limpiar.
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, declaró que "es un derrame de importancia nacional", lo que significa que se podrían utilizar recursos federales de otras regiones para controlarlo.
Obama dijo que la petrolera BP, con sede en Londres, es responsable del coste y limpieza del derrame, lo que afectó a las acciones de BP y de otras firmas que participan en el proyecto.
Sin embargo, el accidente, que ocurrió después de que una planta perforadora arrendada por BP estallara y se hundiera la semana pasada, también podría afectar a las propuestas de Obama para emitir nuevos permisos de perforación en las costas. Algunas de ellas ya están en el Congreso.
La Armada dijo que estaba ayudando a la Guardia Costera con barreras flotantes inflables y siete sistemas de filtros para intentar contener el crudo.
En Mobile, Alabama, el capitán de la Guardia Costera de Estados Unidos Steve Poulin dijo que las autoridades se están preparando para el "impacto en la costa", aunque no es posible predecir exactamente cuándo se producirá.
"Tenemos una estrategia de barreras flotantes para la costa de Misisipi, Alabama y Florida", dijo Poulin, agregando que unas 500.000 barreras flotantes de protección y contención están preparadas junto a la costa.
BP y la Guardia Costera han montado lo que la compañía llamó la mayor operación de contención de un derrame de petróleo en la historia, que involucra a decenas de barcos y aeronaves.
BP ha pedido ayuda tras admitir que tiene problemas para controlar la filtración, que está a unos 1.525 metros bajo el mar frente a la costa de Luisiana. Ha solicitado al Pentágono acceso a la tecnología de imágenes militares y de vehículos de operación remota para intentar ayudar a cerrar el pozo dañado.
Las autoridades dan por muertos a 11 trabajadores del pozo.
¿PAUSA EN LA PERFORACION?
Hay señales de que el derrame sería peor que el que se produjo en 1969 en el océano Pacífico frente a Santa Bárbara, que provocó una moratoria en la perforación de petróleo y gas frente a la costas del Pacífico y del Atlántico, y que Obama ha dicho pretende modificar.
Pero los opositores al plan de Obama se están moviendo para bloquear más perforaciones.
Bill Nelson, un senador demócrata de Florida, dijo que presentaría una iniciativa para prohibir temporalmente que el Gobierno expanda la perforación mar adentro, citando el riesgo de un potencial "desastre ambiental y económico".
El Gobierno de Obama no descartó hacer una pausa en la perforación en aguas profundas hasta que las petroleras puedan demostrar que pueden controlar cualquier tipo de derrames.
Los robots no han logrado activar una válvula para frenar la fuga y BP busca llevar a cabo un plan para cubrir el pozo con una tapa de acero y capturar el petróleo.
Pero eso tardará cuatro semanas, momento para el cual podría haberse derramado el equivalente a más de 150.000 barriles.
Si la tapa de acero no funciona, BP tendrá que reducir el flujo mediante la perforación de un pozo de alivio, lo que tardaría de dos a tres meses.
Si se tarda tanto, el derrame podría superar los 300.000 barriles, más que los 258.000 barriles filtrados en 1989 por el Exxon Valdez en Alaska en el peor derrame petrolero estadounidense hasta la fecha.
La Casa Blanca dijo que Obama había sido informado sobre la forma en que el derrame podría interferir en los canales de navegación de la zona, lo que podría afectar a los cargueros que abastecen de crudo al mercado local.
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