Este artículo se publicó hace 13 años.
Los egipcios apoyan en la plaza Tahrir al nuevo primer ministro, que pide legitimidad
Miles de egipcios expresaron su apoyo al recién nombrado primer ministro, Esam Sharaf, en la plaza cairota de Tahrir, quien en una acción sin precedentes se presentó hoy ante los manifestantes para pedirles que legitimen su mandato.
En una concentración menos masiva que en viernes anteriores, familias, activistas, jóvenes y ancianos acudieron a la plaza, epicentro de las protestas, adonde habían sido convocados hoy por la oposición en el llamado "Día de la Insistencia" para protestar contra el gobierno anterior, presidido por Ahmed Shafiq.
La convocatoria se había mantenido, pese a que Shafiq renunció ayer y se anunció el nombramiento de Sharaf, ingeniero y exministro de Transportes.
"Sharaf es bueno, porque apoyó a los manifestantes en Tahrir (durante la revolución) y con él las cosas cambiarán en Egipto", declaró a Efe Ahmed Abdeluahad, de 27 años.
Abdeluahad no era el único en la plaza que veía con buenos ojos a Sharaf, ya que todos los manifestantes consultados por Efe expresaron su apoyo hacia el nuevo jefe del Gobierno por el respaldo que mostró a las revueltas populares que acabaron con la renuncia del presidente Hosni Mubarak el pasado 11 de febrero.
Al igual que en viernes anteriores, la manifestación comenzó con un multitudinario rezo musulmán en la plaza Tahrir, adonde muchas personas asistieron hoy pertrechadas con banderas egipcias y con pancartas con lemas como "La revolución sigue hasta que caiga el régimen" e "Inversión, construcción, da una oportunidad a Egipto".
Desde primera hora de la mañana había rumores de que quizás Sharaf se presentaría en la plaza y la expectación fue aumentando tras el fin de la oración del viernes.
Y sobre las 13.00 hora local (11.00 hora GMT), el nuevo primer ministro hizo acto de presencia en un escenario montado en el centro de la plaza, al que fue subido a hombros de sus seguidores mientras era aplaudido y jaleado por la multitud.
"He venido aquí para ser legitimado por vosotros, porque vosotros sois los dueños de la legitimidad ahora", afirmó Sharaf, que se disculpó por no haber rezado en la plaza "por motivos de seguridad".
Flanqueado por militares en el podio, Sharaf calificó de "muy dura" la misión que ha recibido y subrayó que "necesita insistencia y paciencia".
"Pero he venido aquí para inspirarme en vuestra voluntad y en vuestra fortaleza -agregó el primer ministro -. Mi esperanza ahora es intentar conseguir vuestras demandas, y el día que me sienta incapaz de hacerlo no me vais a encontrar aquí".
A pesar de que sus palabras apenas se escucharon en Tahrir por los deficientes equipos de sonido, los presentes interrumpieron durante su discurso a Sharaf con gritos de "Estamos contigo", "El Ejército y el pueblo son uno solo" y "Levanta la cabeza, eres egipcio".
Sharaf se marchó como vino, rodeado de manifestantes que querían tocarle y a hombros de sus partidarios, no sin antes reconocer que reza "para que Egipto sea un país libre (...) y para que los cuerpos de seguridad sirvan a los ciudadanos y a la patria".
Pese a este llamamiento del primer ministro, en la plaza podían escucharse hoy lemas contra el odiado cuerpo de la Seguridad del Estado, símbolo del régimen de Mubarak.
Sobre el papel del Ejército, había puntos de vista discrepantes entre los manifestantes.
Para Shayma, una estudiante de Bellas Artes, que llevaba un velo con los colores de la bandera egipcia, "las Fuerzas Armadas son buenas porque no han luchado contra el pueblo y comprenden que el pueblo las necesita".
De opinión distinta era su amiga Shayma Alá, técnico de sonido en una radio local, que dijo a Efe: "El Ejército no ha hecho nada, solo se ha movido porque ha habido una revolución y se han visto obligados a hacerlo".
En la jornada de hoy era significativa la ausencia de militares en la entrada principal de la plaza, el puente de Qasr al Nil, donde en viernes anteriores siempre había tanques estacionados.
Además, esta semana han vuelto a la plaza las tiendas de campaña, cuyos moradores aseguran que no se marcharán hasta que los restos del antiguo régimen desaparezcan de la escena política.
"Queremos libertad, libertad y libertad. En los últimos 30 años la perdimos y ahora estamos tratando de recuperarla. Estamos todos juntos para expresar nuestras opiniones para hablar libremente de política", aseguró entusiasmada Shayma.
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