Este artículo se publicó hace 13 años.
Egipto anima a los españoles a volver a su país al garantizarse la seguridad
El embajador de Egipto en España, Ayman Abdulsamie Zaineldin, ha animado a los ciudadanos españoles a volver a viajar a su país al garantizar que la seguridad se ha restablecido en ciudades como El Cairo después de las revueltas que llevaron al derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.
Zaineldin, en una entrevista con Efe, también ha hecho un llamamiento a los empresarios españoles para que inviertan en Egipto, al considerar que la transición democrática en curso traerá más "estabilidad y transparencia".
"La situación en Egipto es segura y tranquila al cien por cien", asegura el embajador coincidiendo con la reapertura hoy de las pirámides y los lugares de interés turístico, que han permanecido cerrados desde el pasado día 28 a causa de las protestas callejeras.
El Ministerio español de Asuntos Exteriores sigue aconsejando, después de tres semanas, que se evite todo viaje al país norteafricano que "no sea esencial".
Zaineldin confía en que Exteriores suavice esta recomendación en los próximos días, como ha hecho ya con Túnez, y no ponga objeciones a viajar a su país para recorrer los lugares con más atractivo o, incluso, la plaza cairota de Tahrir, símbolo, según él, de la "maravillosa revolución" por su carácter pacífico.
A su juicio, es "comprensible" que Exteriores advirtiera del riesgo de hacer turismo en Egipto durante las revueltas, pero "ahora ya no hay motivo para disuadir a la gente de que no vaya", porque "el proceso político en marcha no afecta a la movilidad de los turistas".
Entre 15.000 y 20.000 españoles dejaron de ir o cancelaron sus viajes al país de los faraones en el último mes, según las estimaciones del embajador.
Los ingresos procedentes del tránsito en el Canal de Suez y el turismo son las dos principales fuentes de recursos de Egipto, que recibe al año la visita de unos 15 millones de extranjeros.
Zaineldin ha hecho hincapié en que las compañías españolas no deben tener temor a invertir en su nación, porque el nuevo marco político que se está negociando tras la revolución traerá más seguridad jurídica.
"Habrá más transparencia y más estabilidad, y eso es bueno para los negocios. España es un importante socio y debe serlo aún más en el futuro", defiende.
El embajador se ha mostrado convencido de que el hecho de que el Gobierno español haya tenido una estrecha amistad con Mubarak, pero haya apoyado después el cambio en Egipto no afectará a las buenas relaciones que siempre han mantenido los dos países.
En su opinión, estos fuertes vínculos "no dependen del tipo de gobierno o de quién esté en el poder".
"Van más allá de Mubarak, (Anuar el) Sadat o (Gamal Abdel) Naser. Y lo mismo en el caso de España", comenta el diplomático en referencia a los tres presidentes egipcios desde 1952.
Zaineldin, quien llegó a Madrid el pasado mes de septiembre con Mubarak al mando, no cree que el derrocado mandatario pase a la historia como un dictador.
A su entender, "cometió errores, como estar demasiado tiempo en el poder" -desde 1981-, pero "contribuyó a los cambios que ha habido en la sociedad egipcia".
"Mucho de lo que hemos visto en esta revolución es fruto de su etapa, del crecimiento económico, de la libertad de expresión, del uso de Internet, de los derechos de la nueva generación, que quiere ahora un gobierno de futuro", argumenta.
"Su memoria no será blanca, pero tampoco negra", resume sobre Mubarak, recluido en el balneario de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí, junto a la costa del mar Rojo.
Respecto a la Unión por el Mediterráneo, el proyecto copresidido por Francia y Egipto, y con sede en Barcelona, el embajador ha subrayado que "no se va a detener" a pesar de las dificultades, porque la cooperación entre ambas riberas "es una obligación".
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