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Ehud Olmert se sienta en el banquillo acusado de corrupción y evasión fiscal

El juicio contra el ex primer ministro no tiene precedentes en Israel

ELÍAS ZALDÍVAR

El ex primer ministro israelí Ehud Olmert se ha sentado en el banquillo de los acusados, imputado por supuestos delitos de corrupción y evasión fiscal. Unos delitos que se empezaron a juzgar ayer pero para los que el veredicto se puede demorar hasta tres años.

'Llegué hoy aquí después de tres difíciles años de vejaciones siendo un hombre inocente, e inocente espero salir de este lugar', declaró el ex jefe del Gobierno al llegar al tribunal del distrito de Jerusalén, tras 18 meses de interrogatorios intermitentes e investigaciones policiales.

A Olmert se le acusa, entre otros cargos, de fraude y cohecho, de favorecer a amigos siendo ministro de Industria y Comercio, y de recibir en secreto 150.000 dólares de un empresario estadounidense, que intentaba recabar su ayuda para vender y colocar pequeñas neveras en hoteles israelíes. Este hombre de negocios fue quien lo denunció.

El delito más comprometedor, según fuentes judiciales, es el cobro por billetes de viaje, estancia en hoteles y dietas, a distintas instituciones cuando lo invitaban a dar conferencias en EEUU, entre ellas el Museo del Holocausto. La causa de Olmert está en manos de cuatro abogados cuyos honorarios se calculan entre 600.000 y 800.000 dólares.

Este juicio por corrupción contra un ex jefe de gobierno, al que la Fiscalía del Estado acusa además de haberse aprovechado de su cargo, no tiene precedentes en la historia del Estado israelí.

Olmert, de 64 años, sucedió al primer ministro Ariel Sharón en enero de 2006, y dimitió en septiembre del año pasado cuando el asesor jurídico del gobierno, Meni Mazuz, ordenó su enjuiciamiento.

La dimisión puso fin a avanzadas negociaciones de paz con los palestinos que no se reanudaron hasta la fecha.

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