Once campamentos y cuevas que sirvieron de escondite, hospital y fábrica de explosivos, al Bloque Oriental de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y a su líder, "Mono Jojoy", en el sur de Colombia, fueron descubiertos por el Ejército gracias a la información que ofreció una ex guerrillera.

Así lo explicó el comandante de las Fuerzas Militares, el coronel Freddy Padilla, durante una visita a uno de estos campamentos ubicado en la serranía de La Macarena (departamento del Meta).

Por su lado, el comandante de las Fuerzas de Despliegue Rápido (FUDRA), el brigadier general Miguel Pérez, explicó a la comitiva, formada por Padilla; el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos; y un grupo de periodistas, que seguían la pista de las "cuevas del Mono" -como se las conocía- desde hacía cinco años.

"Es imposible encontrar esta cueva en mitad de la selva sin ayuda, pero la persona reinsertada nos trajo al lugar donde estaba el hospital y encontramos la fábrica de granadas de mortero, que era la reserva del Mono Jojoy en munición", dijo el brigadier Pérez, quien coordinó la operación que llevó al hallazgo de las cuevas.

Esta cavidad subterránea tenía una capacidad aproximada para setenta personas, según el comandante de las FUDRA, quien resaltó que en esa misma zona hay cavernas verticales de piedra que son "mucho más amplias" y en las que cabrían "cerca de doscientas personas de pie".

El Ejército halló en ese lugar cerca de 500 granadas de mortero y más de 2.500 en proceso de producción, así como casi 1.400 kilogramos de explosivos y 8.500 de víveres que fueron hoy expuestos sobre una lona junto a varios uniformes militares, chalecos antibalas, dos fusiles y una pistola.

Efe fue testigo también del hallazgo de 30.000 medicamentos básicos, un equipo de alta cirugía, una unidad móvil odontológica, 850 jeringuillas y sofisticado material quirúrgico destinado a la práctica de abortos de que la guerrilla disponía en su hospital.

El campamento visitado estaba ocupado por el Frente 27 de las FARC, encabezado por alias "Efrén", y por parte del Estado Mayor del Bloque Oriental, liderado por "Mono Jojoy", donde pudieron habitar hasta 450 guerrilleros.

Se trata de una zona sembrada de minas antipersonales, tal y como se demostró, cuando estalló una de ellas unos 40 minutos antes de que aterrizasen los dos helicópteros que portaban a los visitantes, y un soldado perdió una pierna.

El suceso ocurrió pese a que los militares habían limpiado un sendero para que la comitiva oficial y los periodistas pudieran llegar hasta ese recóndito lugar.

En La Macarena y en San Vicente del Caguán, también en las selvas del sur de Colombia, se han hallado en los últimos días fosas que podrían albergar hasta 1.150 cadáveres, supuestamente pertenecientes a víctimas de las FARC que fueron enterradas entre 2002 y 2005.

Esta investigación se llevará a cabo por los equipos forenses entre los próximos días 9 y 21 de marzo, dijeron a Efe fuentes de la Fiscalía.

Ambos municipios formaron parte de las cinco áreas que el Gobierno colombiano desmilitarizó entre 1999 y 2002 para crear un escenario donde negociar con la guerrilla, un plan que se frustró debido a varios ataques y secuestros de las FARC.

En "el corazón de control de las FARC", como calificó hoy el ministro Santos a este inmenso territorio de la Serranía de La Macarena, todavía se refugian 2.672 guerrilleros que conforman "el último bastión que hoy está correteado", apostilló.

Durante el periodo de desmilitarización del área, el Mono Jojoy construyó al menos dos casas con piscina, según explicó Santos, al matizar: "antes vivían como príncipes, pero están viviendo literalmente como ratas".

Estos hallazgos se producen en vísperas del primer aniversario del ataque militar a un campamento de las FARC en Ecuador, donde murió el número dos de la guerrilla, Rául Reyes, un acontecimiento que dio paso al evidente desgaste de las FARC.