El Ejército sirio volvió a reprimir ayer a los opositores al régimen de Bashar al-Assad en la ciudad de Homs, donde se han registrado de nuevo importantes protestas desde el pasado sábado.

Las fuerzas de seguridad entraron en distintos barrios de la ciudad, disparando indiscriminadamente y realizando detenciones, según grupos de activistas, que no especificaron si hubo víctimas ni el número de personas heridas.

'Hay un gran despliegue militar en la ciudad, hay fuertes disparos en el barrio de Bab Sbaa, con una gran oleada de detenciones casa por casa y con una situación humanitaria miserable', denunció el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

'Puedo ver una gran humareda por toda la ciudad. No podemos salir de nuestras casas', dijo un lugareño a la agencia AP. Varios testigos aseguraron que las mezquitas hicieron llamamientos a la población para que acudiera a los hospitales, desbordados por la cantidad de heridos, para hacer donaciones de sangre.

Tras más de dos meses de revueltas en Homs situada a 165 kilómetros al norte de Damasco, los choques se agravaron el pasado fin de semana. Una cincuentena de personas murieron entre el sábado y el martes, según grupos de derechos humanos.

El barrio de Bab Sbaa es el epicentro de los disturbios entre la mayoría musulmana sunís y la minoría alauí a la que pertenece el presidente Al-Assad.

Unos 1.400 civiles han muerto en Siria desde marzo, cuando empezaron las protestas reclamando una mayor apertura política al régimen de Al-Assad, en el poder desde el año 2000.