Este artículo se publicó hace 13 años.
Un ejército de voluntarios limpia las calles de Brisbane tras las riadas
Un ejército de 22.000 voluntarios limpia hoy las calles de Brisbane, la tercera mayor ciudad de Australia devastada esta semana por las riadas que han causado al menos 27 muertos desde noviembre en el este del país.
Provistos de cubos de agua y palas, los ciudadanos se repartieron por cuatro zonas principales del área metropolitana asistidos por 500 ingenieros, que se encargarán de restablecer las comunicaciones y supervisar reparaciones urgentes en infraestructuras, según la radio ABC.
También participan en las tareas de limpieza en el estado de Queensland unos 1.200 soldados, el mayor despliegue militar dentro de territorio australiano desde que el ciclón "Tracy" destrozó, en 1974, la ciudad de Darwin.
Brisbane amaneció cubierta por una gruesa capa de lodo pestilente procedente del desbordamiento del río, que provocó que el nivel del agua llegara a los tejados de las viviendas y arrastrara a barcos y coches.
Parte del dispositivo fue enviado a la cercana población de Ipswich, donde cientos de casas también están inundadas, mientras los habitantes de Toowoomba luchan por volver a la normalidad después de la pared de agua de ocho metros de altura que pasó por allí el lunes.
Al mismo tiempo, y al sur de Queensland, se está evacuando a los habitantes de varios pueblos del estado meridional de Victoria, el siguiente que se prepara para los aguaceros.
Los servicios de emergencia indicaron que las localidades están situadas a orillas de los ríos Wimmera, Loddon, Avoca y Campaspe, amplios sistemas fluviales que se han desbordado en algunos de sus tramos.
Wedderburn y Inglewood, 250 kilómetros al noroeste de Melbourne, están ya incomunicados por carretera, mientras la jefa de las operaciones de socorro, Jude Holt, alertó de que las riadas impiden llegar al condado de Loddon.
Unos 3.000 habitantes de Rochester fueron evacuados ya por temor a que se desborde el río por el aumento del caudal de agua.
La situación es similar en decenas de pueblos por todo el Estado, donde cientos de viviendas están inundadas e incluso la turística Gran Carretera del Océano que conecta Melbourne con Adelaida tiene un tramo de 40 kilómetros cerrado por el peligro de aludes.
También hay cientos de granjas aisladas en Nueva Gales del Sur.
Las peores inundaciones en medio siglo han provocado al menos 16 muertos y 28 desaparecidos, además de un enorme coste económico que podría llevar a Australia a entrar en recesión durante el primer trimestre de 2011, según algunos expertos.
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