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Las elecciones regionales rusas, una prueba para Medvedev

Reuters

El presidente ruso, Dmitry Medvedev, se enfrenta el domingo a una prueba a su compromiso de reforzar la democracia rusa en unas elecciones regionales a las que están convocados 30 millones de votantes y que la oposición dice que están manipuladas.

Medvedev ha prometido acabar con el cuasi monopolio del partido en el poder, Rusia Unida. "Están comenzando unos nuevos tiempos democráticos", dijo en agosto.

Los críticos dicen que la democracia se vio socavada durante el mandato de su predecesor, Vladimir Putin, ahora primer ministro, y la oposición asegura que la situación ha empeorado desde que Medvedev llegó al poder en mayo de 2008.

"La competencia política es prácticamente nula", dijo Liliya Shibanova, directora del organismo independiente de seguimiento electoral Golos. "Medvedev dice que necesitamos competencia, que necesitamos un sistema pluripartidista, pero los resultados electorales muestran exactamente lo contrario".

En 76 de las 83 regiones del país se celebran elecciones locales, regionales y de distrito, pero la oposición de ha mostrado particularmente crítica con las del consejo de Moscú, que controla el presupuesto de 40.000 millones de dólares (unos 27.000 millones de euros) de la capital rusa.

Seis partidos se han registrado para los comicios moscovitas, pero los únicos carteles que se pueden ver en la ciudad son los de Rusia Unida. Golos dijo que tiene informes de que las autoridades locales están presionando a los empleados municipales a que acudan a votar para reforzar la participación.

"Todo está decidido de antemano", dijo el profesor de 28 años Jay Komisarzhevskaya. "No he votado desde hace casi 10 años".

En cambio, en un colegio en el suroeste de la ciudad, muchas personas mayores, algunos de los cuales aprovecharon una comida subsidiada, se mostraban favorables a Rusia Unida.

"Creo en la estabilidad", dijo la pensionista de 70 años Larisa Akimova. "Si llega alguien nuevo, ¿qué traerá más que el caos?"

"IMITACIÓN DE UNA BATALLA"

El 62 por ciento de los moscovitas encuestados por el centro Levada calificaron las elecciones como "simplemente la imitación de una batalla", y dijeron que esperaban que los escaños fueran distribuidos por las autoridades.

Los candidatos prooccidentales sostienen que ninguno de sus candidatos pudieron registrarse para los primeros 17 escaños repartidos según el ganador en el consejo de Moscú, la mayoría porque se consideraron inválidas miles de firmas que presentaron.

Sólo el partido liberal opositor Yabloko logró registrarse para la carrera por partidos, que decidirá los restantes 18 escaños, pero un sondeo mostró que no alcanzarán el siete por ciento necesario y que por tanto perderá los dos escaños que tiene ahora.

El líder del Yabloko, Sergei Mitrojin, dijo que las autoridades bloquearon el acceso a los medios de comunicación y a la publicidad callejera. Agregó que las nuevas normas aprobadas durante el mandato de Medvedev requieren que los partidos que no tengan representación nacional recojan miles de firmas, agotando sus recursos.

"El campo de juego es desigual. No tenemos elecciones justas", dijo, tras votar en Moscú. "La competencia política se ha reducido aún más en el último año".

La administración de Medvedev ha culpado a las autoridades locales de los problemas en la capital, y afirma que no consiguió convencer al alcalde Yuri Luzhkov, un importante miembro de Rusia Unida, de que liberalice las elecciones.

"Las autoridades de Moscú no están preparadas para vivir con las nuevas normas", dijo la portavoz jefa del presidente a la prensa esta semana. "Seguiremos animándoles".

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