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Eli "Paperboy" Reed, un marciano en los Veranos de la Villa

EFE

Eli "Paperboy" Reed nos ha engañado a todos. El cantante repite como un mantra que nació en Boston, pero su actuación de esta noche en los madrileños Veranos de la Villa no deja lugar a dudas: esa voz portentosa y ese ritmo endiablado no son de este planeta.

Puestos a elucubrar, otra hipótesis es que firmara un pacto con el Diablo. Robert Johnson lo hizo y no le fue nada mal, así que Reed bien pudo llegar a un acuerdo con el Maligno para tener la voz de un negro de sesenta años (aunque sólo sume 26 primaveras y sea más blanco que la leche).

La explicación más plausible, no obstante, sería la que nos presenta a Eli "Paperboy" Reed como un superdotado musical, un jovenzuelo descarado que ha revolucionado el mundo del soul en base a una sensibilidad única para extraer las esencias del género que domina con tanta maestría.

Eso, y su dominio de la escena. Da gusto ver en acción a Eli Husok -verdadero nombre de la criatura-, que ofrece un directo sin tregua ni concesiones, entrando a machete desde la primera nota, enlazando una canción tras otra sin descanso hasta provocar el éxtasis de la audiencia.

Lo pudieron comprobar en sus caderas los 1.400 espectadores que se dieron cita en el escenario Puerta del Ángel, unos privilegiados que durante noventa minutos disfrutaron con las pegadizas y románticas composiciones de Eli "Paperboy" Reed & The True Loves, su banda de acompañamiento.

Reed es, además, un tipo valiente. Sólo así se puede explicar que saliera a la tarima de la Casa de Campo en zapatos, traje y corbata. Quien más y quien menos iba en falda o pantalón corto, así que debe destacarse el oficio de este vocalista que no sólo respeta a ultranza los códigos musicales del soul, sino también los estéticos.

Tras una pequeña introducción a cargo de los músicos, el artista abrió su repertorio con la intensidad y los toques gospel de "The satisfier", que precedieron al humor travieso y juguetón de "Name calling".

A medio camino entre un predicador y un consejero matrimonial, Reed dio unos cuantos consejos para mantener la pasión amorosa: "Yo le digo a mi chica que me ayude, porque si no trabajamos juntos, lo hacemos el uno en contra del otro", afirmó un segundo antes de atacar la reposada "Help me".

No duró mucho la tranquilidad, reventada por el compás irresistible de "Stake your claim", "Just like me" y "Tell me what I wanna hear", un tema perteneciente al último álbum de estudio de Eli "Paperboy" Reed, "Come and get it".

Aunque suele rechazar cualquier responsabilidad respecto a sus antecesores, Reed no perdió la ocasión de homenajear a ilustres como Merle Haggard -"I'm gonna break every heart I can"- o su gran maestro, Sam Cooke -"Twisting the night away"-.

Las composiciones más íntimas de la noche llegaron con las interpretaciones de "Am I wasting my time" y "Pick your battles", que Reed encaró a solas con el organista JB Flatt, primero, y el trompetista Patriq Moody después.

El último tramo del espectáculo estuvo consagrado a piezas tan espídicas como "You can run on", en la que el suelo del auditorio retumbó bajo los espontáneos pisotones de un público entregado.

"Time will tell" despejó el camino para un final memorable a cargo de "Young girl", "Come and get it" y "The boom boom". No obstante, Reed siempre guarda alguna carta bajo su manga, y en este caso fue un segundo bis de los auténticos, de esos que no figuran en el programa.

"Take my love with you" fue la sorpresa escogida por Eli "Paperboy" Reed para cerrar la primera fecha de su mini-gira española, que el lunes tiene su segunda y última cita en Palma de Mallorca.

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