Este artículo se publicó hace 13 años.
"Enemigos del pueblo", la confesión filmada del número dos de Jemer Rojo
La confesión del número dos del Jemer Rojo, Nuon Chea, en el documental "Enemigos del pueblo" será fundamental en su juicio por genocidio, si los jueces del tribunal internacional de Camboya incluyen como prueba ese testimonio filmado.
Mañana comienza la audiencia inicial contra Nuon Chea y otros tres dirigentes del régimen del Jemer Rojo (1975-1979) imputados por los delitos de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad.
En el documental dirigido por el camboyano Thet Sambath y el británico Rob Lemkin, Nuon Chea reconoce por primera vez que dirigió con Pol Pot, el hermano número uno, las purgas políticas contra los "traidores" en el partido.
"Estas personas eran consideradas criminales y eran ejecutados. Si las hubiéramos dejado vivas, habrían destrozado la línea del partido (...) Eran enemigos del pueblo", afirma en una secuencia del filme el considerado ideólogo del Jemer Rojo.
El tribunal internacional solicitó a Sambath y Lemkin una copia de la película y todo el material que habían recabado durante el rodaje, pero estos se han negado.
"Yo rodé el documental para la historia, no como periodista ni para el juicio, pero los jueces son libres de coger las imágenes de la televisión o el cine", explicó a Efe Sambath, quien añadió que los jemeres rojos hablaron con ellos convencidos de que la cinta no sería utilizada en su contra.
"Enemigos del pueblo" aborda las masacres del Jemer Rojo a través de entrevistas a Nuon Chea y a otros oficiales de rango medio o bajo, y la reconstrucción de los crímenes en los campos de exterminio, donde murieron decenas de miles de personas acusadas de traición.
"Algunos dicen que no es bueno en hablar con los asesinos y remover el horror del pasado, pero yo creo que ellos han sacrificado mucho para contar la verdad", manifestó Sambath, periodista del diario camboyano Phnom Penh Post.
En su opinión, Nuon Chea y los demás jemeres rojos "han realizado una confesión arriesgada; quizá lo único bueno que les quedaba. Ellos y todos los asesinos deben formar parte del proceso de reconciliación para que mi país avance".
El Jemer Rojo asesinó al padre y al hermano de Sambath, mientras que su madre murió al dar a luz al hijo de un miembro del partido con el que la obligaron a casarse, pero no se lo contó a Nuon Chea hasta el final, poco antes de que el tribunal internacional lo detuviera en 2007.
Durante diez años, Sambath llegó a trabar amistad con el octogenario genocida, quien tras la caída del Jemer Rojo vivía con la familia en una humilde casa en la provincia de Pailín, cerca de la frontera tailandesa.
Nuon Chea defiende en el documental que lucharon por mejorar Camboya, pero tropezaron con la traición interna y de naciones enemigas como Estados Unidos y Vietnam.
En una de las escenas, un jemer rojo de bajo rango detalla cómo ejecutaban a los condenados en los campos de exterminio y cuenta que una mujer le prometió irse a vivir con él si le perdonaba la vida.
"Se coge el cuello de la víctima así, para que no pueda gritar. A veces tenía que sujetar el cuchillo de otra forma porque tras degollar tantas gargantas me dolía la mano, y entonces se lo clavaba en el cuello", relata Soun.
"Me ha puesto malo volver a donde maté a tanta gente. Es terrible, mi cabeza da vueltas y vuelve todo lo malo que he hecho", agrega Soun.
"Enemigos del pueblo" ganó el año pasado los premios del jurado en los festivales de Sundance y Full Frame, así como el Néstor Almendros de Human Right Watch, y ha sido presentado en numerosos países, pero en Camboya se ha exhibido de forma limitada.
"El Gobierno no trata de ocultar los asesinatos, pero tampoco fomenta los análisis o la investigación de las causas de las matanzas", aseveró Sambath, quien opinó que la juventud camboyana empieza ahora a conocer una historia de la que pocos se atreven a hablar en público.
Sambath y Lemkin preparan un segundo documental, "Mentes sospechosas" ("Suspicious Minds"), que esperan poder presentar el año que viene y que profundizará en la cadena de órdenes que llevó al Jemer Rojo a cometer uno de los mayores genocidios del siglo XX.
La organización liderada por Pol Pot buscó hacer realidad la utopía de una sociedad agraria socialista en Camboya, pero en el camino murieron 1,7 millones de personas de hambre, enfermedades, deportaciones en condiciones infrahumanas o en los campos de exterminio, donde aún abundan las fosas comunes con los cadáveres de los "enemigos del pueblo".
Gaspar Ruiz-Canela
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